El pasado 30 de mayo se estrenó una de las apuestas más destacadas de la NBC de cara a la temporada de verano, Crossbones. O puede que no sea más que sacar del cajón un producto que ha tardado más de dos años en estrenarse, sin más, puesto que la cadena ha demostrado poca confianza en esta historia de piratas al llevarla directamente al viernes, que sabemos que es el día que menos se ve la tele en Estados Unidos. Con estas premisas, no podíamos esperar que fuera la serie del año.
Y pintaba bien la cosa en cuanto a nombres. Para empezar, el showrunner es, ni más ni menos que Neil Cross, el creador de la británica Luther. El guionista era uno de los principales reclamos, aunque el más atractivo era contar con la gran estrella John Malkovich, que no lo hace mal pero el guión no da para más. Además, el piloto lo ha dirigido David Slade, que está haciendo un buen trabajo en televisión últimamente. Un trío que había generado expectativas generosas pero que han quedado en nada tras la emisión del piloto. La historia de Cross parece inacabada, hecha sin ganas, salvo algunos buenos diálogos puestos en boca de Malkovich y Richard Coyle, el protagonista. ¿Por qué no lo habré mencionado antes?
Ya hemos dicho que el guión es bastante flojo, pero ahora voy a exponer mis motivos. Es cierto que el género de piratas es una variante de la aventura y, como tal, debe hacer ciertas concesiones en pos de entretener al gran público. En Crossbones hay muchas, pero no entretiene, sólo decir que me ha costado tres sesiones ver este piloto. Y no porque la producción sea pobre, todo lo contrario, su buena factura es el punto más fuerte de la serie, pero no es suficiente. Se supone que debe ser una batalla intelectual constante entre Barbanegra y Thomas Lowe, pero ambos personajes carecen del carisma suficiente como para que nos generen admiración. Todavía me parece increíble que Malkovich haciendo de Barbanegra me aburra. Este duelo de mentes brillantes queda resuelto por un tremendo deux ex machina para dejar todo como estaba y dejar la historia parada. Además, el piloto intenta presentarnos demasiados frentes en muy poco tiempo, desde la dialéctica sobre la política y la religión, hasta una trama amorosa un tanto sosa.
La desidia de NBC ha hecho coincidir en el tiempo a Crossbones con otra serie de piratas, en este caso Black Sails, de la cadena de cable Starz. No es que ésta fuera buena ni entretenida siquiera, pero al menos no tiene las ataduras propias de las networks y su trama era más violenta y erótica, salvando las grandes distancias sería algo así como un Spartacus de piratas. El caso es que las historias de piratas no han cuajado este año en televisión y todavía andamos en busca de una que consiga engancharnos.
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