El pasado fin de semana HBO emitió su último filme, The Normal Heart, un retrato de los estragos que causó el Sida en el Nueva York de principios de los ochenta, que a su vez se basa en una exitosa producción de Broadway. En su traslado a la pequeña pantalla, Ryan Murphy, el creador de Glee y American Horror Story, se ha encargado de capitanear el proyecto, que cuenta con grandes actores como Julia Roberts, Taylor Kitsch, Alfred Molina y Mark Ruffalo, este último como el protagonista, acérrimo activista por la causa de lo que se conoció en un principio como peste gay, ya que empezó afectando a gran escala a este colectivo. En The Normal Heart podemos ver también a otros actores, más conocidos por sus papeles televisivos como Matt Bomer (Ladrón de guante blanco), Jim Parsons (The Big Bang Theory) y Jonathan Groff (Looking).
Pese a las notabilísimas dotes interpretativas de las grandes estrellas de la película, cabe constatar que es la interpretación de Matt Bomer, periodista gay que trabaja en el New York Times y novio del personaje de Ruffalo, quien sorprende sobremanera en su papel de enfermo de sida. Acostumbrados a verle en papeles menores, el que se bajara del carro de interpretar a Christian Grey en la adaptación de la erótica novela, firma una interpretación llena de fuerza, realismo y sensibilidad. Además, durante todo el metraje observamos su decadencia física a medida que la enfermedad va deteriorando su sistema inmunológico. De ahí que Bomer tuviera que adelgazar tantos kilos para este papel, como ocurriera en el caso de Matthew McConaughey en Dallas Buyers Club.
También merece la pena ver a Jim Parsons, el celebérrimo Sheldon de The Big Bang Theory (quien ya trabajara en la producción teatral de Broadway), en un papel tan dramático y diferente al que nos tiene acostumbrados. Aunque a veces resulta difícil olvidarse de su papel de físico teórico catódico, tiene un par de momentos geniales en pantalla. Uno, más cómico, es cuando lanza un puñetazo a un manifestante homófobo y el otro, más dramático, cuando le vemos recopilar las tarjetas con los nombres y datos de los amigos gays que van cayendo como moscas en esta terrible batalla con una epidemia entonces desconocida.
Precisamente observar cómo todas aquellas víctimas tenían que enfrentarse a un mal nuevo y desconocido, sin saber todavía a ciencia cierta cómo se contagiaba o cuál era su verdadero origen, es lo que resulta más estremecedor en este relato basado en la realidad vivida en Estados Unidos en los ochenta. La doctora discapacitada a causa de la polio que investiga la enfermedad, y que asiste impotente a la muerte de sus pacientes, está interpretada por Julia Roberts. La mayor parte de los personajes masculinos forman una asociación para clamar a las autoridades en busca de ayuda contra la enfermedad, y las tensiones empiezan a ser patentes en cuanto queda clara la diferente idea que tienen sus miembros de cómo llamar la atención hacia su causa. La osadía e irreverencia del personaje de Mark Ruffalo, que no duda en protagonizar polémicas apariciones en televisión, o realizar llamadas públicas al entonces alcalde de Nueva York, presuntamente gay, lo llevan a tener roces con casi todos sus compañeros, que ven peligrar sus trabajos por exponerse tanto.
En cuanto tiene información de que el virus se contagia fundamentalmente a través de las relaciones sexuales, el personaje de Roberts empieza a pedir a sus pacientes que se abstengan de tener sexo, un camino que muy pocos siguieron pues, en aquel entonces, la libertad sexual de los homosexuales se veía como un triunfo adquirido tras muchos años de permanecer en la sombra, sufrir vejaciones y ser discriminados por gran parte de la sociedad. Precisamente porque el Sida fuera considerado en un principio como una epidemia gay, las autoridades estadounidenses no prestaron atención al problema, considerando, en muchos casos, que era un castigo divino ante tanta promiscuidad y libertinaje.
No obstante, y desgraciadamente después de demasiadas muertes, dos científicos franceses aislaban el virus en 1984, lo que dio pie a hallar un anticuerpo y los posteriores tratamientos que hoy en día alargan la esperanza de vida de los seropositivos. Eso sí, esta parte no está narrada en The Normal Heart, aunque, en su infructuosa visita a la Casa Blanca, el personaje de Mark Ruffalo hace alusión a los logros que se habían alcanzado en la lucha contra el Sida en Francia. Años después, estos dos científicos recibían el Premio Nobel por su excepcional descubrimiento.
BUENISIMA, la recomiendo, comienza tan divertida y luego se pone tan seria, muy buena.
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