The Leftovers, los que quedan están muy jodidos

Igual que ocurriera en The Walking Dead, los protagonistas de The Leftovers, el último drama del gigante televisivo HBO, están muy pero que muy jodidos tras un suceso a escala global que ha conmocionado sus vidas de forma permanente. En este caso, se trata de la repentina desaparición de un dos por ciento de la población mundial que, así parece poco, pero son millones de personas. La premisa de la serie es cómo lidian con el dolor y la incertidumbre ante lo ocurrido los habitantes de un pequeño pueblo de las afuertas de Nueva York tres años después del acontecimiento. 

Igual que en la serie de zombis, no sé sabe qué ha provocado esta multitudinaria desaparición de personas, y no parece que se nos vaya a revelar la razón en ningún momento, ya que la verdadera enjundia está en cómo (sobre)viven las familias de los desaparecidos y sus seres queridos tras lo sucedido. Los hay que, como es obvio, echan mano de la religión para intentar darle algo de sentido a la tragedia, ya sea creyendo que se trata del éxtasis del que habla la Biblia o un castigo divino por los pecados del hombre. Luego están los adolescentes, que se dan al hedonismo más puro a través de fiestas, drogas y sexo. Por otro lado, desde el piloto ya vemos cómo se forman sectas y agrupaciones como la de los Culpables remanentes, quienes, vestidos de blanco, mudos y fumando como un carretero, dicen ser la memoria viva de la desaparición de tantas personas. Las incógnitas sobre este grupo, que como muchas sectas, viven una vida monástica y austera, se irán revelando poco a poco. En el piloto se ve cómo persiguen y acosan por el pueblo a algunas personas concretas, y se apostan a la puerta de sus casas por la noche. Parece que lo hacen ante personas que han sufrido la pérdida de algún ser querido, pero no está tan claro teniendo en cuenta algunas de las revelaciones finales del primer capítulo...

Aun así, la serie resulta enigmática y perturbadora, y muy interesante en lo que a exploración de la psique humana se refierte. Igual que en The Walking Dead, lo que interesa es cómo las personas que prevalecen en este mundo viven un día más ante tanta desgracia, tristeza y dolor. Las reacciones y conductas de cada individuo o grupo son lo esencial de una trama que pretende suscitar más preguntas que dar respuestas. Aun así, es un producto aceptable y entretenido, pero habrá que ver su evolución. Esperemos que no se convierta en un aburrido galimatías o en una historia rocambolesca que se va retorciendo más con cada episodio. 

En cuanto a los actores que lideran esta serie, tenemos a Justin Theroux, hasta ahora más famoso por ser el prometido de Jennifer Aniston que por su carrera de actor. El intérprete da vida a un policía cuya familia queda rota tras la repentina desaparición de personas. Tres años después del fatídico día, un 14 de octubre, compagina el dolor de la marcha de su esposa Laurie a los Culpables Remanentes, los desplantes de su hija o la marcha de su hijo a servir a un gurú con un harén de mujeres, con su trabajo para mantener el orden en la localidad.  

En cuanto a las actrices destaca Liv Tyler, en el papel de una joven mujer que planea su boda pero el dolor no le deja seguir hacia delante con su vida. Ann Dowd, secundaria habitual en muchas series y películas y que ya pudimos ver en True Detective, encarna a la líder del movimiento de los Culpables remanentes y quien organiza las acciones o provocaciones de las que son protagonistas. Por otro lado, la esposa del jefe de policía es interpretada por Amy Brenneman, vista en Anatomía de Grey y Private Practice. Como curiosidad, también decir que aparecen en este drama de HBO los gemelos hijos de Linette en Mujeres Desesperadas, cada vez más creciditos. 

En el piloto, el pueblo organiza un acto en memoria de los desaparecidos y el testimonio de una mujer, Nora, que perdió tanto a su marido como a sus dos hijos, da paso al desastre que el jefe de policía ya avisó que ocurriría a la alcaldesa de la localidad. En medio del discurso de Nora, aparecen en comuna los remanentes, con pancartas y pidiendo a los presentes que no malgasten su aliento y se unan a su causa. Nada más acercarse al lugar de la ceremonia, los ánimos se caldean y esta se torna en batalla campal. La sangre termina tiñendo los uniformes blancos de los miembros de este extraño grupo, que utilizan la resistencia pasiva y reciben golpes y puñetazos sin hacer nada por defenderse. 

Otro curioso suceso tiene que ver con los animales. Mientras al jefe de policía no hace más que aparecérsele un ciervo tanto en sueños como en la realidad, los perros se comportan de manera extraña tras lo sucedido. Agresivos e inquietos, son acribillados poco a poco por uno de los vecinos, sin ningún escrúpulo. Los gemelos adolescentes le contarán a la hija del jefe de policía la teoría de que estos animales han dejado de ser domésticos y se han vuelto locos desde que vieron cómo la gente desaparecía aquel 14 de octubre...