¡Por fin han vuelto Hamiltrash y compañía! Retomamos esta cuarta temporada con el primero de los diez episodios restantes, de vuelta a Palos Hills, sus dramas y sus hashtags.
Como mid-season premiere el episodio ha sido bastante extraño. ¿Cerrar las
dos tramas principales que se quedaron colgando en junio en 20 minutos? No creo
que sea la decisión acertada, pero huele a uno de esos cambios de ciclo que
gustan tanto en Awkward.
Ya nos vamos acostumbrando a que estructuren sus temporadas en base a
secundarios a los que hay que odiar por narices. Van, vienen y por el camino se entretienen. Pero mientras se acaben yendo, todos conformes. ¿Con quién empezamos?
Eva, Eva, Eva. O Amber. Depende de qué DNI miremos. Esa villana de 30 años
recién caída de las pasarelas neoyorkinas que no tenía nada mejor que hacer que
destrozar a Jenna, pisotearla, quitarle el hombre y para más inri sacarse de la
manga (o de otro lugar menos decoroso) un embarazo… ¡falso! El cliffhanger que
parecía ser el hilo conductor del drama Jenna-Matty de lo que quedaba de
temporada ha sido fulminado en 18 minutos con una solución ligeramente
chirriante. Pero oye, si con eso nos quitamos de en medio a Eva/Amber…
Bienvenido sea.
Al otro lado del infinito drama Jenna-Matty tenemos la aparente marcha de
Luke, el tierno universitario yang de la loca anteriormente mentada. Ha sido
una despedida un poco descafeinada, pero nos la veíamos venir y nos ha dejado
uno de los grandes momentos del episodio: esas dos peinetas tan bien hechas
tras la “ruptura madura”. Me gusta la Jenna petarda, sin postureos ni drogadicciones.
¿Qué tal han vuelto los personajes fuera de los círculos eternos, viciosos y absurdos? El romance “fraternal” de Lisa y su hermanito
no tan desfavorecido de África, Sadie desarrollando sentimientos en ese corazón
emponzoñado que le late veneno y oro dialéctico a parte iguales, Tamara siendo
capaz de dejarlo todo y criar a un hipotético hijo de Jenna pero sin sexo, que
no es un su tipo. Se han defendido, pero podrían haber dado para mucho más si los guionistas no se hubiesen centrado tanto en el pasar página.
Ha sido un episodio de transición. O eso espero, porque recular en todo lo
que han cerrado sería muy decepcionante. Estamos en diciembre y aún queda
senior year. Y yo creo que tienen muchos cartuchos en la recámara: desarrollar la frenemistad explosiva de Sadie y Jenna entre el blog y las salchichas, ese dúo dinámico
cineasta-homosexual que introdujeron al principio de temporada y del que
necesito ver más como el que necesita el aire para respirar, una vida emocional
para Tamara que no pase por Jake Cobain, esa tiastra de Sadie más zorra que mandada a hacer volviendo a repartir sus "lil’ bitch" por casa Hamilton… Ahí lanzo mis ideas y altas expectativas/esperanzas.
You’re welcome.
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