El tercer capítulo de esta temporada final, What Jesus Said, sigue marcando las líneas maestras que definirán el final de Boardwalk Empire. Un episodio centrado en tres personajes: Margaret, Chalky y Nucky (pasado y presente). Tres historias alejadas que parece que poco a poco convergerán para nuestro gozo.
Nucky, como ya le pasó a Johnny Torrio en anteriores temporadas, fantasea con retirarse, con continuar los negocios desde el lado legal. Todos sus esfuerzos en esta temporada pasan por salir vivo de la guerra que se avecina, que jóvenes como Lansky, Luciano o Capone tienen más posibilidades de ganar. Tras la negativa del Senador, recurre a Joe Kennedy, conocido por ser el padre de J.F.K. Pero queda claro que a Enoch Thompson su (mala) fama le precede, lo cual hará alejarse todo atisbo de negocio legal. Además, Joe le somete a un juego de superioridad moral que acaba perdiendo irremisiblemente, juego que otras tantas veces había ganado aunque fuera haciendo trampas. Este intento de retorno a la honestidad de Nucky es exactamente el viaje inverso que está realizando en los flashbacks. En ellos, el pequeño Enoch es íntegro, e imaginamos que poco a poco, su pérdida de inocencia le hará devenir en este Nucky corrupto y asesino. Puede ser muy importante este paseo por los pasajes de su vida, como ejemplo en este capítulo, la aparición de Mabel, la que sería su mujer o el asesinato de la mujer del hotel, que le ha hecho ver que puede sacar provecho de sus nuevas amistades. Esperamos ver más momentos como éste y así conocer más a fondo a un personaje extremadamente complejo.
Mientras tanto en Nueva York, su mujer se ha metido en un buen lío con la viuda de Arnold Rothstein (o Abe Redstone), quien amenaza con demandarla si no reintegra el dinero que su jefe estafó a su marido y, con su misma elegancia, le recuerda que ya se conocen de una fiesta de año nuevo de Nucky. Otra muestra de la brillantez y la coherencia de los guiones. El encuentro emtre Margaret y Arnold Rothstein ha acabado simplemente siendo un catalizador para reunir otra vez a los Thompson.
Por su parte, Chalky prosigue su huida hacia delante con Milton, que lo lleva al fin a la casa en la que encontrarían el dinero en efectivo que éste prometió. El asalto no es más que una mera excusa para definir al nuevo Chalky y diferenciarlo de su vulgar compañero de huida, aunque arroja muy poca luz sobre lo que ha vivido en estos siete años ni sobre las razones que le han llevado a la cárcel. Eso sí, también ha habido tiempo para ver su lado justiciero. Con nueve dólares en el bolsillo, y solo otra vez, no podemos esperar para saber más sobre sus planes de venganza, que seguro que los habrá, contra Nucky, siempre y cuando su lengua viperina no logre convencerlo de lo contrario y, por supuesto, contra el Doctor Valentin Narcisse, al que hemos visto de nuevo reunido con Luciano, quien sigue tanteando a los capos para ver con cuántos apoyos cuenta. La excusa esta vez ha sido retomar los negocios de heroína que tenía con Masseria.
El nivel de Boardwalk Empire nunca baja, nunca defrauda, si bien estos tres capítulos han servido como introducción al principio del fin, deberíamos empezar a ver más acción propia de una serie que se dirige hacia su clímax. ¿Qué os ha parecido What Jesus Said? ¿Qué esperáis de aquí al final?
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A mi me gusta mucho los flashbacks. El niñi que hace de Nucky, es muy bueno y me hace pensar como una persona puede cambiar tanto a lo largo de su vida.
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