Frenético. Es la palabra que mejor describe el piloto. Que Scorpion sea presentada como una más, en la que un grupo de amigos resuelven situaciones de emergencia, no implica que la serie sea lenta, muy plana o demasiado friki o emotiva para la mayoría de los espectadores.
El agente Cabe Gallo (Robert Patrick, True Blood), de Seguridad Nacional, sabe a quién acudir cuando el sistema de comunicaciones de los aeropuertos de Los Angeles falla y peligra la vida de los pasajeros de medio centenar de aviones. Ese es Walter O'Brien (Elyes Gabel, Game of Thrones), a quien conoció cuando este hackeó el sistema de la NASA siendo tan solo un niño. En la actualidad, Walter trabaja con un grupo de colegas e intenta pagar las facturas con los trabajos de baja categoría que van saliendo. No quiere saber nada de Gallo ni de sus problemas, pero no le queda otra alternativa.
Inspirada en la historia real del conocido hacker Scorpion, la serie nos presenta a Walter, el líder del grupo, Toby (Eddie Kaye Thomas, American Pie), un experto en comportamiento que puede leer a cualquiera, Happy (Jadyn Wong), un prodigio de la mecánica y Sylvester, un gurú de la estadística. Para arreglar la situación, el grupo debe acudir a una cafetería y montar allí la base de operaciones. Es donde conocen a Paige (Katharine McPhee, Smash, American Idol), una camarera con un hijo muy especial. ¿El desenlace? Hay que verlo.
Evidentemente, esta serie nueva no cuenta -ni contará- con el presupuesto de una superproducción de Hollywood. Las secuencias de coches a toda velocidad y de aviones volando a un metro de altura sobre un Ferrari podrían pasar por cine de animación, pero uno ha de echarle imaginación y tener paciencia hoy día para disfrutar de ficciones que abusan del croma.
A partir de aquí, qué dirección tomar con el argumento. Como mínimo, cuatro intentos de salvar la situación han resultado fallidos para estos supercerebros. Y es de esperar que esto continúe así durante toda la temporada. Es típico de este tipo de series que todo salga mal hasta el último momento, pero se agradece la disposición de sus creadores a mantener la tensión y sorprende la cantidad de giros que se pueden añadir a un episodio de cuarenta minutos.
Desde el comienzo se nos presenta un conflicto entre Walter y el Agente Gallo, que podría haber sumado algo de intriga a la ficción durante más de media temporada, quizá entera, aunque el misterio se desvela al finalizar el piloto. Por eso es una película. Podría serlo. Los personajes han sido debidamente presentados, ya conocemos las características principales de cada uno de ellos y les hemos visto interactuar, y el final del episodio es concluyente y satisfactorio. Para completar la hora y media, en un largometraje de acción bastaría añadir un par de situaciones más, algún flashback y un par de momentos íntimos entre Walter y Paige que, probablemente, acabarían en beso. Por eso, y aunque sea predecible, aquí tenemos uno de los posibles desenlaces de la temporada serie. Puede ser renovada por más temporadas, pero eso es mucho pedir hoy en día, como bien sabemos. Así que ya hemos desvelado el pasado del protagonista, pero aún queda mucho por contar de su futuro. Pero será difícil enganchar a la audiencia si no se mantiene el nivel del piloto. Y cómo hacer que el resto de la temporada esté al nivel del piloto suele ser una duda bastante extendida y pocas veces resuelta con solvencia.
Finalmente, la emergencia ha sido suprimida y el peligro ha desaparecido, por lo que Seguridad Nacional intercede y la situación cambia para todos ellos. Todos consiguen un nuevo trabajo que les aportará los retos que merecen (y necesitan). Además, Paige podrá contar con la ayuda de estos genios para criar a su hijo y ellos verán en ella una conexión con el mundo real.
Realmente parecía muy obvio que, a partir de ese momento, este grupo de genios se reuniría para almorzar en la cafetería donde trabaja Paige, muy a la española. Creo que es un acierto por parte de los guionistas hacer que Walter, con un cociente de 197 y problemas para socializar, haya visto en ella el poder de mostrarles cómo funciona la vida y consiga también un puesto de trabajo para la camarera que ha participado en buena medida en la primera misión.
Pero no me rindo, todavía apuesto a que van a sacarle partido a contar con Katharine McPhee entre sus protagonistas. Encontrarán la manera de que pueda cantar para los presentes, tarde o temprano. Ojalá. Ojalá no. No sé.
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