El final ya ha llegado, se cierran tramas y algunos personajes van diciendo adiós de una u otra forma. Si bien la historia de Nucky Thompson no ha sido catárquica ni mucho menos, en Chicago y Harlem hemos vivido grandes últimos momentos para dos secundarios de lujo. Si el antepenúltimo capítulo ha sido tan sorprendente no me puedo imaginar lo que vamos a ver en los dos restantes.
En Chicago recordemos que George Mueller y Eli Thompson, coaccionados por el policía infiltrado Mike D'Angelo, tienen que robar los libros de contabilidad de Al Capone. Todos los presentes sabíamos que el golpe no iba a terminar bien, para uno o para los dos. Estaba claro, pero también sabíamos que los libros caían en manos de Elliott Ness en lo que supuso el principio del fin del capo. Todo podría haberse solventado con un golpe limpio y silencioso, pero entonces no sería Boardwalk Empire. La cosa se complica hasta que Capone, que siempre genera una tensión irrespirable en el ambiente, tiene a ambos sentados ante él. Dos agentes de la ley en antaño pasados al otro bando a punto de ser asesinados por un agente prohibicionista infiltrado, para que veais la ironía. El impertérrito Nelson Van Alden, consciente de su inminente muerte, decide huir hacia adelante e intentar llevarse por delante a su jefe mientras grita su verdadero nombre. He aquí el adiós de un personaje que, por momentos me ha parecido que estorbaba en la narración, pero que a partir de la cuarta temporada se me hizo indispensable. Por supuesto, siempre respaldado por el trabajo del sensacional Michael Shannon, que siempre cumple a la perfección. ¿Y qué pasa con Eli? Después de salvar el pellejo gracias al respeto de Capone hacia su hermano, su futuro se antoja incierto porque Chicago es otro lugar por el que no podrá aparecer jamás. Ya veremos.
Estábamos expectantes ante el reencuentro entre el Doctor Narcisse y Chalky White, pero al final del anterior capítulo vimos otro quizá más inesperado, pues en la habitación se encontraba Daughter con una niña pequeña que está claro que es hija de Chalky. Buena maniobra del inteligentísimo Narcisse, que sabe que podría con él si le hacía chantaje emocional. La brillantez de todas las secuencias de esta trama es sobrecogedora, sabiendo que uno de los personajes favoritos de toda la audiencia acabaría el capítulo con los pies por delante, y que todos estos minutos han sido un bello epílogo, desde las palabras a su hija hasta la melodía de Dream A Little Dream, que le sirve para despedirse en paz tras recordar al fin la voz de su amada, que los años habían borrado de su memoria. Los últimos planos del capítulo, con la fila de matones apuntando sus armas, con ese primer plano de Chalky y esos créditos sin música, tan sólo con el sonido de la aguja del tocadiscos, son de lo mejor de la historia de la televisión. Y no exagero. Me gustaría mencionar el día de su despedida a Michael Kenneth Williams, un tipo que, además de tener mucha suerte con los personajes que le tocan en los castings, es un actor tan carismático que siempre acaba comiéndose la serie en la que salga, ya sea The Wire o Boardwalk Empire.
Dos momentos muy importantes que han contrastado con la tensa calma que vive Nucky antes de su inevitable guerra con Luciano y Lansky. Para hacer tiempo, se ha ido a un bar a emborracharse con dos mujeres usando un nombre falso. Como Chalky, parece que ha bajado los brazos, que se dirige hacia una muerte inevitable, que contrasta profundamente con el Nucky de otras temporadas. Poco más se puede decir de su participación en este capítulo, donde parece que ha cedido el testigo a Chalky y Nelson para no juntarlo todo para el final. Más interesante han estado sus flashbacks esta semana, en el que hemos sabido que Mabel está embarazada del hijo que perderá y que lastrará el resto de su vida. La llegada de un hijo provocan en él una inquietud por ascender ante el Comodoro, al tiempo que descubre que éste es un pedófilo. A todo esto se une la entrada de la joven Gillian en escena, que ya sabemos que será víctima del asqueroso vicio del mandamás de Atlantic City. Sólo nos falta el cómo, que es lo más importante, aunque sospecho que verlo será horrible.
Un par de capítulos restantes para saber qué ocurrirá con Nucky Thompson, con su mujer, con Eli, y hasta con el nuevo chico listo que ha contratado Mickey Doyle. Me resulta muy sospechoso el hecho de que haya tenido demasiados planos como para ser un figurante con frase. Pensadlo. Sea como sea creo que el final va a estar a la altura de las circunstancias puesto que no estamos ante unos cualquiera. Terence Winter, Tim Van Patten o Allen Coulter son algunos de los artistas que nos han estado maravillando durante varios años y mi confianza en ellos es plena, así que iré donde me quieran llevar.
Muy buen capítulo, y la despedida de Chalky de lo mejor que he visto ultimamente. Una pena que ya estemos diciendo adios a varios personajes, en este caso a van Alden, que me pasó lo mismo que a tí. Al comienzo su personaje me parecía insignificante, pero luego su trama mejoró bastante, cambiando radicalmente, hasta irse al lado opuesto de la ley, que al inicio él tanto defendió.
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