Esta semana, Castle se ha enfrentado a su caso más mediático, un episodio cargado de referencias a las redes sociales, la fama y el cibercrimen.
El caso se centra en una joven celebrity llamada Abby que se ha hecho famosa por sus posts en Snappamatic. Unos momentos después de la llegada de Beckett y su equipo, las fotos del asesinato terminan colgadas en la app y Castle y Kate averiguan que el asesino, llamado Net Slayer, está jugando con ellos.
Net Slayer se pasa el capítulo manipulando a nuestros protagonistas y dejando claro que nada va a deternerlo. Las pistas conducen a varios falsos sospechosos hasta que Castle cree haber dado con la que será la próxima víctima.
Tras la filtración de unas fotografías que dejan en mal lugar a los policías del precinto, Castle y Beckett recurren a los desarrolladores de Snappmatic para intentar encontrar al asesino, que al parecer hizo una copia de la llave de la víctima.
El equipo recibe entonces la ayuda de uno de los antiguos sospechosos, un detective de cibercrímenes que asegura conocer al sospechoso, Adam Lane, víctima del cyberbullying cuando era estudiante.
Cuando Kate lo encuentra en el sótano de su madre y lo detiene, esta se extraña ante su aparente despreocupación. Resulta que el psicópata tiene un plan maestro: ha capturado a los dos dueños de Snappmatic y ha creado una batalla virtual en la que el hombre con menos "likes", morirá dentro de 37 minutos.
Aunque el antiguo detective está muy preocupado, Castle confía en las capacidades de Beckett y ella demuestra su valía cuando consigue que Adam Lane se derrumbe y acabe confesando algún detalle que les conduce al lugar donde tiene atrapados a las víctimas.
Obviamente, la mejor parte del episodio ha sido la escena final, donde la temática "redes sociales" ha continuado siendo el centro de atención con el vídeo viral de Castle en la presentación de su nuevo libro.
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