Lo mejor que se puede decir de Forever, el nuevo procedimental de ABC, es que no tiene demasiados fallos. La serie tiene muy claro lo que quiere contar y, lo que es más importante, se lo deja muy claro al espectador desde el primer momento. Su protagonista, un hombre inmortal (como en New Amsterdam, una serie que los ejecutivos de la cadena deben pensar que no vio nadie), ha ido perfeccionando con el paso de los años unas dotes deductivas más propias de Sherlock Holmes.
El problema de esto, aparte de que la razón por la que Henry (Ioan Gruffudd) tiene esta habilidad está muy cogida con pinzas —haber visto mucho no tiene por qué convertirte en observador—, es que hace de Forever algo absolutamente genérico, que no sólo recuerda a Castle en su tono sino también a Elementary en el tipo de protagonista que tiene (y parecerse al mejor procedimental de la actualidad cuando eres tan blanda como Forever perjudica más que beneficia).
Debido a su trabajo como forense, Henry tiene la oportunidad de colaborar con la policía de Nueva York, y de este modo conoce a Jo (Alana de la Garza), una detective que aún trata de superar la muerte de su marido hace un año y que, sin conocer su secreto —cada vez que muere aparece desnudo en el río Hudson—, empezará a confiar en él viendo que suele acertar en las investigaciones.
La forma en que la serie maneja la relación entre estos dos, al menos en los dos primeros episodios, es modélica. Ambos se llevan bien, trabajan juntos sin problema y se compenetran, pero no tienen química romántica, al menos de momento. Se agradece que Jo no responda al arquetipo de "poli seria que aguanta al protagonista" y no le irrite su sentido del humor o su forma de hacer las cosas, sino que también sea simpática, algo que por desgracia no abunda en este tipo de ficción.
De la Garza y Gruffudd están más que correctos en sus papeles, especialmente el segundo, que tiene carisma para aguantar el peso de la serie interpretando a un personaje que, de todas formas, no requiere demasiado esfuerzo. Ella aporta naturalidad a Jo y es un buen contrapunto, a falta de ver el camino por el que quieran conducir su papel.
Pero, a pesar de todo, Forever es un revuelto de elementos que ya hemos visto en otras series, y solo gustará a los fans de los policíacos autoconclusivos ligeros (si eres fan de Bones o las series de USA Network, probablemente te guste Forever). Se deja ver, y tiene una trama medianamente interesante planteada a largo plazo —un acosador anónimo que dice ser inmortal como Henry—, pero la fórmula puede agotarse rápido si no consiguen integrar las muertes de manera orgánica en los casos y acaban reduciendo al protagonista a un Sherlock cualquiera.
Al fin y al cabo, por bien que funcionen sus episodios, la clave para que los espectadores se acuerden de un procedimental (o al menos lo reconozcan cuando se encuentren una reposición en Cuatro) es que éste tenga identidad propia, y de momento a Forever le vendría bien un poco de eso. Quizá la clave para lograrlo sea darle más cancha a esa especie de laboratorio en el que Henry investiga los distintos tipos de muertes y a Abe, ese hijo adoptivo que le supera en edad y conoce su secreto. Algo en lo que, por ahora, no han se han detenido mucho.
Eso sí, al menos sus casos son más decentes que los de The Mysteries of Laura, que ya es algo. ¿No os parece? ¿Os basta para darle una oportunidad? ¿Os intriga la trama principal?
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