Empecemos por lo
técnico y luego nos metemos en faena, porque digerir el piloto de Manhattan Love Story requiere tiempo. Definición: comedia romántica de manual con
un abuso tan doloroso del voice over que es pionero en televisión.
Protagonizan un Jake McDorman (Greek,
Shameless) con un bigote
escalofriante y Analeigh Tipton, medalla de bronce en American Next Top Model. A su lado en el reparto destacan Nicolas
Wright (Sensitive Skin, Accidentally On
Purpose) y un eterno televisivo, Kurt Fuller (Psych, Better Off With You).
Y ahora vamos a lo que vamos.
¿Dónde está la
química entre los personajes? Inocentona chica de provincia que se viene a la
Gran Manzana. Nadie se lo pone fácil, es una inepta tecnológica y tiene una
peligrosa tendencia a ser excesivamente emocional. Ella conoce a chico cínico,
curtido por años de ser un newyorker, que se ríe de todo y de todos y va de
icono del sexo por la vida. Lo único en común que tienen es que no hay por dónde
cogerles juntos y una afición por hablar solos que chirría más que las puertas
de una casa en una película de terror.
Los secundarios:
receta básica. Nadie se ha matado a pensar. Hermano salidillo, cuñada
controladora, hermana un poco bruta y padre que no pinta nada.
Os preguntaréis:
¿tiene algo bueno? Sí, pero todavía tengo palos que dar. Retomamos el tema
voiceover. Para los que no estéis familiarizados con el concepto, un voiceover es la
voz en off del personaje reflexionando algo que, en teoría, aporta a la trama. Ejemplos
notables en televisión: Meredith Grey dando lecciones de vida en cada episodio
de Grey’s Anatomy o Mary Alice Young
abriendo y cerrando cada entrega de Desperate
Housewives. Ejemplos desastrosos de su uso: Manhattan Love Story.
El 90% de los
voiceovers de esta serie son redundantes, interrumpen los diálogos y se podrían
decir con un simple levantamiento de ceja de los actores. El otro 10% son chistes
que no podrían haberse hecho de otra manera y que sí, arrancan la carcajada.
Me gustaría decir
lo contrario, pero no puedo. La serie no aporta nada nuevo. Es algo que hemos
visto infinidad de veces y que queda insalvablemente ensombrecido si tenemos en
consideración que se estrena la misma semana que A to Z, romcom que sí consigue enamorar al público. Las comparaciones sólo son odiosas cuando sales tú perdiendo, pero es así.
El piloto tiene
sus puntos. El problema está que se cuentan con los dedos de una mano y que se
ven superados en gran número por los contras. ¿Es recomendable? Ni sí ni no.
Puede ser de esas comedias con pilotos horrendos que tardan un par de
episodios en asentarse y encontrar su identidad. Puede también que sea una
pérdida de tiempo con un par de golpes graciosos. Iremos viendo.
buena serie, no la mejor ni la peor, ahi que darle tiempo y ver como transcurre la trama
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