Llevamos tres episodios de esta temporada de Parenthood y he de reconocer que todavía no sé qué pensar de ella. Aunque hay potencial en todas las tramas (o en la mayoría), todavía no estoy seguro de que la despedida vaya a estar a la altura. Sigo confiando en Jason Katims y su equipo, pero el capítulo de esta semana –al que se le ven las intenciones en cada plano– no me ha acabado de convencer.
Una de las condiciones para que la serie pudiese tener una sexta y última temporada era que los productores consiguiesen reducir el presupuesto, por lo que los actores del reparto no aparecerán en todos los episodios de la temporada (de ahí que no haya ni rastro de Kristina esta semana). La operación de Zeek, sin embargo, es uno de esos momentos que requiere que sus cuatro hijos compartan escena, algo que probablemente no vamos a ver a menudo este año.
Parenthood es mejor cuantos más Braverman reúne en una habitación (a la fiesta de cumpleaños de la semana pasada me remito), pero, lamentablemente, los momentos en la sala de espera de esta semana han sabido a poco. Acostumbrados como estamos a que estos personajes se metan constantemente en las vida de los demás, sorprende lo ensimismados que los encontramos, al menos de momento, esta temporada: Julia está ocupada rehaciendo su vida, Adam con la academia, Sarah intentando que lo suyo con Hank funcione y Crosby... Bueno, Crosby sigue sin tener nada que hacer.
Por eso, mientras Zeek estaba en quirófano, sus hijos apenas han interactuado. Julia ha sido la única que se ha preocupado por su madre, y la pelea entre Adam y Crosby estaba ahí (o al menos me ha dado esa sensación) sólo para dar paso a una de las escenas más impactantes del episodio: el accidente de moto de Crosby. ¡¿Qué ha sido eso?! Aunque durante un momento pensaba que se iba a matar y que sería la gran muerte de la temporada, parece que ha salido ileso y sólo ha sido un susto.
Me he pasado el resto del capítulo temiendo que se desplomase por culpa de alguna hemorragia interna, y lo cierto es que sería muy gratuito que se quedase ahí. ¿Perdermos a Crosby en lugar de a Zeek, como parecía al principio? Sinceramente, no me parecería tan mal: sería una muerte mucho más dolorosa (el 90% del tiempo no aguanto a Zeek) y el personaje tampoco tiene mucho que hacer. Los guionistas, eso sí, se lo están pasando en grande a nuestra costa.
La trama principal del episodio sí que nos ha dejado una gran escena: el momento previo a que Zeek entre en quirófano, con éste confesándole a Camille que está muerto de miedo y ella derrumbándose cuando le pierde de vista. Corregidme si me equivoco, pero creo que Bonnie Bedelia no había tenido una escena tan intensa en seis temporadas.
La otra gran trama del episodio ha estado bastante mejor. Durante años, ha sido Amber quien ha estado allí en los momentos más difíciles de Drew, y aplaudo que por una vez la serie le haya dado la vuelta a esta relación, de por sí muy entrañable e interesante. En “The Waiting Room”, es Drew quien cumple el papel de buen hermano, acompañando a Amber en un loquísimo viaje de 18 horas hasta casa de Ryan para que ésta pueda, por fin, contarle que está embarazada.
Ryan se lo toma increíblemente bien y Amber, que por más que la queramos no se caracteriza por tomar buenas decisiones en caliente, ve su futuro casi resuelto. Es Drew quien se encarga de recordarle que Ryan ya la ha dejado plantada en más de una ocasión, algo que su hermana parece olvidar constantemente. Aunque compro las razones, también creo que todo sucede demasiado rápidio, como si Parenthood estuviera tachando cabos sueltos de una lista. Puede que no volvamos a ver a Ryan hasta el día del parto (y eso siendo optimistas).
Notas al margen
— Sinceramente, el nuevo novio de Julia podría lograr el cierre de la academia Chambers y aun así seguiría siendo #TeamJoel.
— Quiero creer que Parenthood está por encima de ciertas cosas, como poner a una adolescente problemática a robar pintalabios, pero está claro que la veo con ojos demasiado buenos.
— Parece que Mark (Jason Ritter) va a volver a aparecer en la serie esta temporada, y no tengo ni idea de para qué.
— ¿Volveremos a ver a Haddie? La idea de que se ha marchado a la unversidad fuera de plano y sin mención alguna al asunto cobra fuerza.
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