Nunca está de más recordar lo muchísimo que Parenthood le debe a sus actores. No quiero quitar mérito a unos guionistas que, pese a su tendencia a patinar, han creado personajes magníficos a lo largo de los años, pero si la serie funciona tan bien cuando acierta es gracias a su reparto, en el que no hay punto flojo, ni siquiera entre los más jóvenes (Max Burkholder y Savannah Paige Rae entienden a la perfección a sus personajes). Pero si hay una actriz que destaca entre este puñado de estrellas televisivas venidas a menos, esa es Monica Potter, y el final de este último episodio nos lo ha recordado.
También nos ha recordado todo lo bueno que tiene su personaje. Me da pena que a Kristina Braverman le rodeen las tramas absurdas desde que superó su cáncer, porque hasta entonces era probablemente mi Braverman favorita junto a Amber (Mae Whitman es otra joya del elenco). Que ella y su marido sean excesivamente controladores y tiendan a no escuchar los argumentos de los demás es, sin duda, consecuencia de la condición de su hijo; pero detrás de esa actitud de salvadora de la humanidad se esconde una sincera vocación de ayudar a los demás siempre que lo necesiten, algo que la actriz sabe vendernos muy bien.
Que sea ella quien por fin anime a Zeek a levantarse del sofá y empezar a caminar es todo un acierto por parte de Parenthood. Kristina ha pasado por una situación similar a la de Zeek y entiende perfectamente la desgana y lo agotadora que puede ser la actitud de los demás, y Monica Potter, a la que le negaron injustamente su Emmy hace dos años, saca petróleo de un momento ya de por sí inspirado.
Al margen de esa gran escena de cierre, la situación de Zeek le hace un flaco favor al personaje, sacando a relucir su lado más cabezota e insufrible (aunque tiene otro gran momento con Julia), que hace que nos preguntemos cómo ha podido aguantar Camille tantos años a su lado. Aun así, es lógico que la operación tenga secuelas no sólo físicas, sino anímicas y emocionales.
El otro gran momento del episodio se lo quedan Joel y Julia. Por más que Zeek mienta como un bellaco y le diga a su hija menor que es una buena madre, llevamos seis años viendo cómo Sydney les gana a ambos un pulso tras otro. La niña es caprichosa como ella sola, y la incertidumbre sobre el futuro de sus padres ha agravado su actitud. Julia cree que es hora de hablar claro con ella y, en principio, está dispuesta a decirle a sus hijos que se van a divorciar.
Pero, bien porque ella no está preparada tampoco o bien porque Joel la mira con cara de cordero degollado, finalmente solo le piden disculpas a Syd por ponerla en esa situación y la cosa queda en el aire. Me parece bien que Jason Katims quiera cerrar la serie con una emotiva reconciliación, pero va a tener que sacarse algo de la manga o nos vamos a hartar de ver cómo esta trama avanza en círculos. Aun así, de nuevo el talento del reparto hace que esa escena en el patio merezca la pena.
Por otro lado, hay que alegrarse por Hank, que por fin ha hecho frente a su ex mujer. Y por “hacer frente” quiero decir “tener una conversación adulta”. Está claro que Ruby ha entrado en su vida solo para que podamos ver lo difícil que son para el personaje ciertas situaciones cotidianas, porque ella es una adolescente rebelde de manual y de momento los guionistas no quieren ir más allá. Sea como sea, su pequeña victoria ha sido, al menos, curiosa y entrañable.
La trama, eso sí, ha vuelto a dejar en evidencia a Sarah como personaje. A falta de una personalidad propia definida (fruto de años saltando de un trabajo y un triángulo amoroso a otro), y con Mae Whitman en el banquillo esta semana, ha vuelto a ser una mera comparsa de Hank. La única faceta del personaje de Lauren Graham que funciona del todo es la de madre y, cuando no tiene a Amber o Drew cerca, nadie sabe qué hacer con ella.
Notas al margen
— Max enamorado puede ser la salvación de la trama de la Academia Chambers. Adam y Kristina han estado graciosos reaccionando a la situación, que ya es más de lo que puedo decir de lo visto hasta ahora.
— ¿Se centrarán más adelante en cómo afecta a Victor la separación de sus padres? Todos menos Katims sabemos que Victor > Sidney.
— Es hora de aceptar la realidad: Adiós, Haddie. Espero volver a verte al menos en la series finale.
— Jasmine parece más empeñada en que Crosby no vuelva a coger una moto que en que vaya al médico, lo cual no tiene ningún sentido.
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