Han vuelto los casos semanales, lo podemos ver. Es algo que muchos llevábamos tiempo pidiendo. Pues ahora ya no es lo mismo. Nos convirtieron Scandal en un culebrón del que ahora es difícil olvidarse. ¿A quién le importa un matrimonio que se pelea en la intimidad de su casa? Parecen casos sacados de una procedimental cualquiera, sin gancho ni gracia. Saben hacerlo mejor, y necesitamos más guest stars. Por suerte, no ocupan demasiado tiempo en cada episodio. Y ya no tenemos que sufrir a la madre de Olivia, también hay ventajas.
Incluso queremos saber más sobre Lizzie Bear que, de momento, solo es una estirada que se queja de todo. Esta tal Elizabeth se ha intentado encargar de que David Rosen no sea nombrado Fiscal General aprovechándose del trabajo de Olivia. En realidad, todos se aprovechan de su trabajo. Así, Rosen se ha cansado de ser un cachorrito y ha sacado las garras, chantajeando al comité para obtener su voto.
Shonda y sus amigos se metieron en un berenjenal del que no les ha costado mucho salir. Olivia ha vuelto a ser quien era en un par de episodios y (casi) todos han regresado a su lado. Quinn ya no es una agente doble, Huck vuelve a controlar su ira y la amenaza terrorista ha desaparecido. Esperemos que esto siga así por mucho tiempo, aunque Charlie vuelva a hacer de las suyas.
Ahora falta encauzar la vida de los Grant. La prensa ha conseguido fotografías de Mellie en el cementerio y se habla por todas partes de que su salud mental peligra. Si supieran todo lo que ha vivido, no les preocuparía tanto su afición a las patatas. Nosotros sabemos que se ha cansado de la vida que llevaba y sufrimos el luto con ella. Todos somos Mellie. Queremos más Mellie. De repente llega Abby, cansada de la desconfianza de Cy y de ser la sombra de Olivia, y se marca un discurso intachable, todo vuelve a su sitio y volvemos a ver la serie que nos enamoró en un primer momento. Olivia es la consejera en la sombra, Mellie es la gata salvaje que finge mejor que nadie mientras lleva su pena por dentro, tenemos un toque dramático que nos toca la fibra y, por qué no, un poco de campaña electoral.
Poco queda del Fitz republicano, en verdad. Olivia siempre deja semillas a su paso, y eso que últimamente está tan centrada en Jake que asusta. Pero todavía queda mucho por ver, Cyrus ha ligado en un bar con un chico que resulta ser un gigoló. Una pregunta, Cyrus, ¿en ningún momento te has preguntado quién le envió a por ti? De todas formas, si no sospecha, ¿le ha pagado él? ¿O cree que esta vez es una atracción real? Este hombre ha bajado la guardia.
Por último, por comentarlo, ¿Huck y Quinn son familia? ¿O lo del incesto es una forma de hablar?
COMENTARIOS