Segundo capítulo y aquí es donde empiezan realmente a desarrollarse las tramas. El nivel imaginativo de esta serie parece no tener límite y cualquier cosa que nos cuenten nos la tragamos porque Ichabod viene del pasado y lo sabe todo, hasta juzgar a los bancos y a la industria de las bodas, su nueva cruzada contra la estupidez del Siglo XXI. Si Ichabod viese Divinity también se engancharía. Las audiencias han caído esta semana al 1.7 en demográficos y poco más de cinco millones, debido a la irrupción de The Voice, el éxito de Scorpion (a ver qué pasa cuando le quiten TBBT de lead in). Una noche con gran competencia en la que sólo adelanta a CW pero que comparado con los datos de otras series de FOX, sólo la adelanta Gotham, por ahora.
Por loco que suene, la única manera de hacer frente a los jinetes es crear otro monstruo, uno que Benjamin Franklin y su aquelarre (como el que dice Jem And The Holograms o Melody y Los Vivancos) se dejaron a medio hacer. Un Frankenstein con cuerpo de unos doscientos años y cabeza de un señor que mata gente con una recortada, pero oye, nadie aquí se ha estudiado a Franklin tan profundamente como para decir que no era brujo. La batalla resulta bastante espectacular (algunas reminiscencias de la película de Tim Burton tiene), aún más cuando Henry (un John Noble más Walternate que nunca) toma control del Jinete de la Guerra para ayudar al jinete sin cabeza y hacer frente a Franklinstein.
Ante la ausencia de Sheriff, Reyes se convierte en la nueva mandamás de la oficina, dejándole claro a Abbie que la vigila porque su madre estaba loca y para demostrárselo detiene a su hermana aprovechando un despiste. Su encarcelamiento la aleja una vez más de su hermana, Jenny entre estar loca y que no para de meterse en líos, no nos la dejan ni un capítulo completo con los protagonistas. Los aliados cada vez van a menos según avanza el capítulo, fundamental para que darle recorrido a las tramas, que combinado con la gran imaginación de los guionistas y su tenacidad para salir ilesos de cualquier embrollo histórico/argumental nos asegura que la serie no nos aburra.
Es de agradecer que aunque estén intentando recuperar a Katrina, la dejen con el jinete, no porque la trama se alargue sino porque podría destrozar Ichabbie, la TSNR entre Crane y Abbie va más allá del compañerismo y aunque Ichabod sea un hombre chapado a la antigua, la química con Katrina y, sobre todo, la actriz no dan mucho juego a la serie, así que cuando la rescaten, si la rescatan, que la vuelvan a meter en el purgatorio no vaya a coger frío. Un triángulo amoroso sería demasiado bizarro, aunque nunca se puede descartar nada en esta serie, podríamos terminar como en Scandal.
Por otro lado, tenemos ese gran final. Volvemos a saber del Sheriff Irving en el episodio, aún encarcelado y siendo interrogado por los sucesos ocurridos en la pasada temporada. Aunque este personaje parecía que iba a ser desechado completamente por los guionistas, le han dado una fabulosa y sorprendente vuelta de tuerca, Henry se hace pasar por su abogado y le hace firmar un contrato. Y tratándose de quien se trata, Frank Irving se acaba de convertir en un enemigo de Ichabbie vendiendo su alma al diablo. Recapitulando: Irving como hemos mencionado, Jenny en la cárcel, Katrina secuestrada y la nueva sheriff dando la tabarra. Tienen todo en su contra para desarrollar perfectamente toda la temporada.
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