Esta semana hemos empezado en el lugar donde John Teller murió. La carretera donde se subió por última vez a una moto y el punto donde Jax decide cual va a ser el siguiente paso en el camino de Juice.
Este punto de partida puede hacernos pensar que a Juice le espera la misma suerte que al fundador de Red Wood y que Juice va a desvelar el secreto de Gemma en el último minuto, pero no. El presidente se decanta por otra opción a la que muchos llevábamos tiempo dándole vueltas en la cabeza, acabar con Juice ahora habría sido lo fácil y a Kurt Sutter no le gusta lo fácil.
Jax le devuelve el chaleco a Juice pensando en su propio beneficio. Su plan es que se deje capturar tras un tiroteo contra la policía y poder hacer tratos con Tully desde dentro para matar a Lin ahora que también se encuentra entre rejas. El Club sabe que el chico solamente los tiene a ellos y que hará cualquier cosa por volver, pero a Jax poco le importa el estado en el que vuelva Juice después de su paso por prisión.
Aunque tienen a Niners y Mayans de su parte, Marks es un hombre con gran poder y tienen que acabar con él de forma limpia, sin derramamiento de sangre, así que deciden recurrir a la mejor baza que tienen: la familia del predicador.
Convencen a la mujer del predicador de que August Marks ha sido el responsable de la muerte de su marido y que con su ayuda pueden derrocarlo. Ella accede a firmar una declaración en la explica el chantaje de Marks con las construcciones pero antes deben conseguir unas fotos que tiene un conocido proxeneta que relaciona a su marido con unos jóvenes.
Con la ayuda de Nero (que parece convencido en abandonar Charming y vender su parte de Diosa a los Mayans) consiguen encontrar al proxeneta conocido como Greensleeves y salvar de sus garras a una joven prostituta a la que ofrecen un trabajo en Diosa. Greensleeves podría haber salido únicamente con un tiro en el hombro y una pequeña paliza para conseguir las fotos, pero el descontrolado Jax Teller decide incluir un nombre más en la larga lista de muertes que lleva últimamente y que parecen no afectarle. ¿Dónde está aquel motero que quería tiempos pacíficos para el club?
Nadie está a salvo
La mujer del predicador tiene graves problemas con las drogas, así que deciden llevarla a la cabaña y ayudarla a desintoxicarla fuera de la opinión pública. Happy y Rat van a buscar a Gemma al taller para que les ayude en el proceso, pero ella está convencida de que se ha desvelado toda la verdad y el pánico la domina hasta tal punto que va armada al que cree un encuentro con su hijo. Por suerte para ambos Juice sigue fiel a su secreto.
Antes de dirigirse a la cabaña, y con la duda en el cuerpo, Gemma se despide de su nieto Thomas, confesándole haber sido la culpable de la muerte de su madre sin saber que Abel lo está escuchando todo. A mi parecer, esta temporada podría dar mucho más juego al personaje interpretado por Katey Sagal (maravillosa su versión de la canción folk Greensleeves al final del capítulo), y sin embargo parece que hasta que Jax no descubra la verdad vamos a ver a Gemma en la misma situación todos los capítulos.
La guinda del pastel la pone el encuentro que debía producirse con Marks para mostrarle la declaración de la mujer del predicador. Después de esperar más de una hora y casi a punto de abandonar el lugar (rodeados de Niners y Mayans) aparece el jefe de seguridad de Marks con un paquete que para Teller.
Coronado con las insignias de Redwood Original, una tablet nos muestra unas duras imágenes de los hombres de Marks torturando a Bobby. Pero no será el único contenido del paquete, en el fondo, desde una pequeña fiambrera un ensangrentado ojo observa a Jax.
De esta forma, Sons of Anarchy nos ha hecho ver, una vez más, que los personajes que creemos intocables y a salvo también se encuentran dentro del tablero.
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