Ha tenido que llegar el ecuador de la temporada para que vayamos viendo un poco de color a las tramas que se nos han ido planteando desde su inicio. En realidad, ya el anterior capítulo nos dejó ver ramalazos de lo que siempre fue Homeland. La tensión, los cliffhangers y los coqueteos de la serie con los límites siguen intactos, pero falta lo otro, la trama personal, el conflicto interno de Carrie, que siempre fue lo más importante.
Este año, ya sin Brody, los guionistas necesitaban llevar a Carrie al extremo y ya hemos visto cómo. Su implicación personal con su trabajo le ha creado una conexión emocional con Aayan, una cosa lleva a la otra y el chico se convierte en su responsabilidad. Por tanto, su muerte es el catalizador que hará estallar a nuestra protagonista, como al final del capítulo cuando ordena un ataque que acabaría también con Saul y que seguramente él mismo habría ordenado, más aún cuando parece que nada le puede salvar. Futuro incierto el del personaje de Mandy Patinkin, al que sólo un milagro divino puede sacarle de tan complicada situación. Hemos visto la primera reacción furibunda de Carrie, pero aún no sabemos cómo va a manejar el secuestro de su mentor tanto de forma profesional como personal, pero está claro que le pasará factura.
La otra subtrama que los escritores quieren meternos con calzador es el enamoramiento de Quinn. Hasta ahora Carrie es ajena, pero el tema saldrá a relucir cuando la situación sea más crítica. Sin duda, los escritores tendrán que manejarla con cuidado para que no se vaya de las manos. Particularmente, creo que está de más porque al personaje le venía mejor la frialdad que había mostrado anteriormente, lo hacía más implacable y mucho más atractivo para el espectador. De esta forma, nos podemos acabar cansando de él.
Podemos considerar que este episodio ha significado algo así como un midseason finale por su importancia y porque a partir de ahora cambian las reglas del juego que habían sido establecidas previamente. El secuestro de Saul, las consecuencias de la muerte de Aayan y ser el blanco del ISI (aunque Carrie aún no lo sepa) son ingredientes suficientes para ver una gran segunda parte de esta cuarta temporada que, aunque se vaya alejando de lo que fue el Homeland original, sigue siendo una serie muy interesante.
¿Qué ocurrirá con Saul? ¿Qué busca el ISI de Carrie? ¿Cómo le afectarán los últimos acontecimientos a nuestra protagonista?
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