Scandal vuelve a ser la historia del perro y el gato. El gato seguiría siendo Olivia Pope, pero el perro ya no es Fitzgerald Grant. Hace dos años, la historia era un no parar de acercamientos y alejamientos de la morena y el Presidente. Ahora, el Presidente está ocupado peleando contra Jake Ballard, mientras que Olivia tiene sus más y sus menos con su propio padre. Rowan ha huido y ha sido muy fácil encontrar a su amada esposa en el agujero en el que él la puso. No sabemos las razones que llevan a Maya a pensar que su hija intercederá por ella, pero Olivia ha roto con sus padres. Cuando padre e hija se encuentren, ella tendrá dudas pero apretará el gatillo.
Papá Pope nunca se había sentido tan decepcionado, su hija estaba dispuesta a matarle. Esta vez quizá desaparezca de verdad. Además, como el B613 se ha visto comprometido, es hora de atar todos los cabos sueltos. ¿Hay que matar a todo el que tenga constancia de su existencia? Pues podrían haber matado a Maya la primera. Esta gente no sabe hacer bien las cosas. Es cierto que Maya era insoportable como terrorista, pero como madre aporta al menos su visión de la familia. Los dos no, los tres son iguales. Se crecen frente a otro y se derrumban cuando se quedan solos. La hija es la única que puede derrumbarse también antes de irse.
Para conseguir saber por qué vigilan a Olivia, Quinn entra en la firma de abogados de Winslow, donde se reunieron Andrew, Lizzie y Kubiak la noche que Caitlin murió, y consigue un número de cliente que les lleva a alguna información sobre lo que traman. Acto seguido, decide avisar a Charlie de que están persiguiendo a los que conocen el B613. Eso él ya lo sabe, porque le han ordenado matar a Quinn. La cosa acaba en paliza sin compromiso con posterior charla de amigos y filtración de papeles.
Quinn y Huck informan a su jefa de los planes del Vicepresidente y Lizzie Bear, y Olivia informa a la Casa Blanca, incluida Mellie. Es curioso lo de Lizzie, de la forma más tonta convierte un escándalo nacional en una cruzada feminista. Y tampoco ha tardado mucho en dejar claras sus intenciones ahora que Olivia conoce sus trapos sucios. Cyrus ha caído sin miramientos ante un escándalo sexual como pocos, ni el del propio Presidente, oiga. Olivia siempre tiene buenas intenciones para con sus amiclientes, pero quizás una boda es algo exagerado. Dejándose llevar por sus principios más que por las apariencias, decide pasar de la boda y renunciar a su puesto, ante las reticencias de Fitz, pero basta un speech de Olivia para que cambie de opinión. Parece que habrá boda.
Fitz ha trabajado más esta semana que en cuatro años pero sigue sin saber si debería ir a la guerra. Como Cyrus ha vuelto más fuerte que nunca y Mellie ya no está decidiendo por su cuenta el destino del país, la decisión es clara: No se va a la guerra en Angola, se va a la guerra contra Andrew y Lizzie. Pero Andrew quiere la guerra en Angola. Se confirman las sospechas de que el atentado contra él fue planeado y queda claro que harán lo que sea por conseguir esa guerra, incluso llevarse a lo que Fitz más quiere en el mundo.
Jake se queda sin sol, si es que alguna vez lo tuvo. Sería, si acaso, un rayito entre las nubes. Olivia había decidido pensar en ella misma, y eso es como decir "O me compartes o te vas", y él había cedido a las presiones, pero es difícil acostarse con una chica si la acaban de secuestrar.
¿Habría pasado esto si Rowan siguiera cerca? ¿Volverá para buscar a su hija? ¿Es hora de que Maya y Rowan trabajen juntos? Scandal vuelve el 29 de enero.
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