Cada vez va quedando menos para el final y aunque no sea su mejor temporada, Sons of Anarchy sigue estando a unos niveles muy altos que pueden derivar en un final apoteósico. Mientras esto llega, en este episodio nos han hecho sufrir dejando entrever que lo que nos espera puede ser aún peor.
Adiós al buen soldado
Como ya aventuraba Jax en capítulos anteriores, la lucha con Marks puede ser de las más difíciles a las que se han enfrentado hasta la fecha por el simple motivo de que el heredero de Pope no tiene nada ni nadie que perder mientras que ellos son una gran familia unida. Y así ha sido, Marks ha sabido jugar bien sus cartas secuestrando y torturando a Bobby y ahora el Club tiene que modificar el trato si quieren a Munson con vida.
Cuando los chicos se encuentran con Marks, Moses y el resto de sus hombres para entregar el cadáver del pastor Jonathan y el teléfono con las grabaciones a cambio de Bobby, podemos intuir que nada bueno se avecina.
En SOA todo sorprende aunque te lo esperes, porque eres incapaz de pensar que el siguiente movimiento será ese que está pasando por tu cabeza e igual que pasó con la muerte de Opie (aunque esta fue más lenta y dolorosa), la muerte de Bobby ha dejado un vacío. Hemos dicho adiós al buen soldado (que decía Moses), a la racionalidad del grupo.
Marks dice sentirse traicionado por los Hijos de la Anarquía, pero se sentirá aún más traicionado cuando descubra que Jax ha hecho entregar la declaración de la esposa del pastor a la Sheriff Jarry y que el verdadero cuerpo de Jonathan sigue enterrado en Industrias Pope. Ya no tienen nada que perder.
La Sheriff Jarry cerca de la verdad
Con la ayuda de Unser, la Sheriff cada día va cerrando más el círculo en los asesinatos de Tara y Eli Roosevelt. Después de que Juice y Gemma reconociesen a Chris Dun como el hombre de Lin encargado de matarlos, Althea investiga los antecedentes de Dun y para su sorpresa solamente figura embriaguez el mismo día de los asesinatos y en otro estado distinto. Ya va siendo hora de que la historia de Gemma se desmonte y parece que Jarry está muy cerca de ello.
Mientras, Juice ha ido fabricando un arma improvisada para realizar su cometido en prisión, pero cuando menos se lo espera, en lugar de ser trasladado cerca de Lin, es trasladado a aislamiento.
Gemma se ha dado cuenta de que cada vez son más las muertes que está provocando su mentira y esta vez ha afectado a alguien tan cercano como es Bobby. Le pide perdón por todo lo que ha provocado al cuerpo inerte de éste, inconsciente de que (una vez más) Abel está escuchando todo lo que dice.
Pese a que el personaje de Abel está limitado a poner la misma cara una y otra vez, puede darnos la gran sorpresa y que confiese a su padre todo lo que ha ido escuchando en los últimos capítulos.
En la última escena vemos como las pruebas que Chibs ha entregado a la Sheriff dan sus frutos y Marks es arrestado bajo la atenta mirada de Jax que parece haber fijado un nuevo objetivo en el matón de Marks: Moses Cartwright.
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