Los Winchester nos traen esta semana un capítulo de lo más peculiar, ya que nos recuerda al famoso juego de mesa Cluedo, siempre con un toque de Supernatural, pues cuenta con un cambiaformas como el asesino.
El capítulo comienza en una gran mansión con el asesinato de una de las sirvientas, supuestamente a manos de su jefa que está muerta. Los Winchester tienen que ir allí, pero no por el asesinato, sino porque la señora que murió dejó a Bobby algo de su herencia. Una vez allí, el mayordomo les entrega una especie de collar con una llave, pero cuando quieren saber más acerca del colgante se ven envueltos en un asesinato y siendo sospechosos del mismo.
Aquí es donde comienza todo el entramado propio del juego, intentando adivinar quién es el asesino; aunque en un principio los hermanos pensaban que se enfrentaban a una pareja de fantasmas vengativos, pronto descubren que se trata de un cambiaformas.
El cambiaformas resulta ser la sirvienta, que resulta ser la hija de la fallecida, y que ha pasado todos los años de su vida encerrada en el ático, pues Bobby le había aconsejado a su madre que no la dejara salir de allí. De ahí, que Bobby heredara la llave, pues le prometió a la fallecida que se haría cargo de su hija cuando ésta no estuviera.
Finalmente acaban con la cambiaformas, más bien Dean acaba con ella, dándole varios tiros, cosa que extraña demasiado a Sam, ya que piensa que le queda algo de demonio o que le está afectando la Marca. Con ello nos hablan un poco de la trama de esta temporada, que al parecer va a seguir rondando a Dean y la Marca o su conversión en demonio. Algo normal, pues todo pareció resolverse demasiado pronto.
En general otro capítulo entretenido, donde podemos volver a verlos trabajar juntos, e incluso los hemos vuelto a ver ligar, aunque ellos no estén muy contentos con ellas.
Aquí os dejo la nueva promo, donde podremos volver a ver a Castiel y Crowley, volviendo todo a la normalidad del inicio.
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