The Affair (de la que os hablamos aquí), el nuevo drama otoñal de Showtime, sigue dando que hablar en lo que a su estructura narrativa se refiere. Poco
convencional, pero vista recientemente en obras como Perdida (especialmente en
la novela de Gillian Flynn, llevada al cine por David Fincher), se trata de
contar los acontecimientos desde dos perspectivas, masculina y femenina. Una
apuesta arriesgada de la guionista y productora de The Affair, Sarah Treem, que
no ha parado de explicar ante los medios en sus entrevistas.
La historia extramarital de dos
extraños que se cruzan en un pueblo pesquero durante unas vacaciones de verano (él,
a priori impecable hombre de familia y ella, camarera autóctona que acarrea una
gran herida) trasciende lo estereotípico en un guión que mezcla drama y
suspense y está protagonizado por Dominic West (The Wire) y Ruth Wilson (la sociópata
acosadora de Luther), quienes a su vez son secundados en pantalla por otros dos
grandes actores como son Maura Tierney y Joshua Jackson, en el papel de los
esposos cornudos.
Tras seis episodios de esta nueva
serie, cuya primera temporada (al parecer autoconclusiva en lo que al crimen
que subyace la trama se refiere) se despedirá el próximo 14 de diciembre, son
muchas las lecturas que se pueden hacer sobre la historia, así como encomiables
logros los que destacar en su realización para la pequeña pantalla. Según la creadora
Sarah Treem, la razón de contar con dos relatos paralelos por episodio se debe
a su afán por explorar la idea de cómo los seres humanos hacemos uso de nuestra
memoria (selectiva) ante diferentes sucesos, así como la adulteración a la que
sometemos la verdad más objetiva debido a nuestra perspectiva de género, prejuicios
y creencias más o menos irracionales. De ahí a que asistamos en cada capítulo a
dos versiones bastantes diferentes de los primeros escarceos sexuales de Noah y Allison, de sus conversaciones familiares o de las motivos que
preceden sus actos.
Nada es plano en The Affair, donde ambos protagonistas
tienen graves y dolorosas cargas a sus espaldas, así como rencor, culpa e ira
hacia su familia, lo que no los convierte necesariamente en malas personas,
sino vulnerables seres humanos que luchan por seguir adelante, aunque la mayor parte del tiempo
se sientan a la deriva, movidos por la inercia de antiguas malas decisiones o
elecciones del pasado.
Aparte de los hechos narrados por
ambos personajes, el componente visual y estético también varía a lo largo de
cada relato. De ahí que la ropa que visten los personajes difiera en ocasiones,
muchas veces de forma obvia, otras, mucho más sutil a ojo del espectador (cómo
el pelo o el largo de la falda de la camarera en el piloto de la serie). En las
versiones de Noah, Allison siempre luce más sexi, descocada y segura de sí
misma, algo que también ocurre en el caso de él cuando es ella la que cuenta lo ocurrido.
Asimismo, en las historias de Allison donde aparece la mujer de Noah, ella
ostenta una actitud más desafiante y dura que la devota madre de familia que vemos
en los relatos de él; o por ejemplo Cole, el marido de Allison (Joshua Jackson), quien regenta un rancho junto a sus hermanos, ofrece una cara más dura y masculina, menos vulnerable, en las
historias de Noah.
Desde el piloto ya se anticipa al
espectador que la historia de amor de sus protagonistas acabará mal, involucrados
ambos, en mayor o menor medida, en un asesinato cometido contra un lugareño e investigado por un detective en el momento presente (a través de breves flash forwards en cada capítulo). Eso
sí, cuando llegamos al ecuador de esta primera temporada de The Affair (sólo quedan cuatro episodios para la season finale) la
trama experimenta un giro sustancial que hace entrever el fatídico desenlace.
Pero no podemos dar nada por hecho, porque todavía son muchas las cosas que
pueden pasar y los acciones que pueden llevar a cabo nuestros protagonistas movidos por sus pasiones, personajes
que en cada entrega semanal de la serie dejan atisbar nuevos recovecos, matices dramáticos y
psicológicos.
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