Continuamos con la eterna campaña de Alicia y sus intenciones de ser una buena candidata y jugar limpio. Por eso, no es de extrañar que al ver los ridículos e hilarantes vídeos que su jefe de campaña ha preparado para lanzarla al estrellato, y ya de paso humillar a Prady por el camino, se niegue en rotundo a utilizarlos. Asimismo, Prady parece tener una opinión similar, y es que, a modo de visita insospechada, aborda a Alicia en su bufete y le comenta sus intenciones de no promover una campaña negativa, evitando justamente, vídeos y/o filtraciones de información que pudieran manchar la opinión pública de ambos. Alicia duda, claro está. ¿Quién no lo haría?
Como ofrenda de paz, Prady le regala a Alicia una caja con todos los trapos sucios que la precampaña de Castro logró reunir sobre ella misma y los que la rodean. Armada con una buena copa de vino, se prepara para ver qué contiene esa misteriosa caja de Pandora. Y menuda sorpresa se lleva cuando, entre varias fotos de ella y Finn o Will, se encuentra con otras de Peter manteniendo una agradable velada con nada más y nada menos que Ramona, su nueva abogada y amiga de Alicia. Es más, incluso se puede ver a Peter descamisado y a la susodicha dejando el hotel. Personalmente, la noticia no me ha sorprendido para nada, y es que después de seis temporadas, es más que evidente de qué palo va Peter. Pero la reacción de Alicia indica otra cosa, y es que esta vez se está jugando algo mucho más importante: la posibilidad de convertirse en Fiscal del Estado.
Se avecina tormenta, y mientras Alicia hace frente a los vídeos que el comité de Prady ha decidido publicar sin su consentimiento, Elfman decide hacer lo mismo. La decisión de que ambos candidatos jugaran limpio parece no sostenerse, a pesar de sus buenas intenciones. La ira va creciendo en Alicia poco a poco, mientras, junto con Peter, tiene que aparentar tener una tranquila y cariñosa conversación sobre su matrimonio para una entrevista pública. Y nada podría estar más alejado de la realidad. Toda esa mala leche finalmente alcanzará el culmen cuando Peter y Alicia compartan coche y ésta decida soltarle toda la mierda que guarda. Una conversación que si bien deja a Peter barriendo el suelo, nos demuestra una vez más la fuerza interpretativa de Julianna Margulies y el personaje de Alicia. "Zip up your pants, shut your mouth and stop banging the help." Más claro, imposible. Asimismo, también será el desencadenante de que Alicia por fin de un pasito hacia adelante en su relación con Finn, evidentemente, sin llegar a decidirse del todo y para desgracia del abogado.
Por otro lado, la trama de Cary avanza peligrosamente cuando se descubre una grabación en la que Bishop aparentemente manda quitar de medio a nuestro querido abogado. Una cinta que resulta ser real y que obliga a Cary a enfrentarse al narcotraficante para asegurarle que no pretende venderle al FBI. Una vez más, Kalinda se aprovecha un poco de su relación con Lana, que esta vez sí que tendrá consecuencias para la agente. Y a vosotros, ¿qué os ha parecido el capítulo?
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