Esta
semana The Newsroom nos ha traído a Kat Dennings (2 Broke Girls) como
actriz invitada, interpretando a uno de los hermanastros de Reese. Con sus
aires de Paris Hilton —y un plus de lengua viperina—, se ha enfrentado a la
gran Jane Fonda en una lucha dialéctica brillante. La opa hostil sobre la ACN
se pone sobre la mesa pero también deja en evidencia la mala situación
económica de la empresa. ¿Hasta dónde llegarán para salvarla?
Mientras,
el problema de Neal y su acusación de espionaje presenta el eterno debate entre
la seguridad nacional, la libertad para informar y el derecho a proteger las fuentes
empleadas. Rebecca vuelve a ser la voz
de la razón (“Don’t ask sources to steal things for you!”) aunque todos los
planes se descontrolan cuando Mac va a hablar con una amiga del FBI. ¿Qué
creías que iba a pasar?¿No has visto nunca Expediente X? Nunca te fíes
del FBI.
El
pobre Neal acaba huyendo en medio de la noche, destrozando su móvil para evitar
que lo localicen. Lástima, ahora era una buena oportunidad para cambiar el tono
de llamada a Run Boy Run…
El
resto del equipo ha pasado a un segundo plano en este capítulo, desarrollando
un poco sus relaciones personales. Don y Sloan han intentado definir su
relación, jugando con el tópico tan americano de vamos-a-decir-te-quiero-a-ver-qué-pasa.
Además, Hallie es despedida por publicar un tweet del todo inconveniente.
Aunque sabemos que es un truco argumental barato para volver al drama de
la primera temporada: Maggie y Jim, Jim y Maggie.
Espero
que no sea así y que den una oportunidad a nuestra news producer para
brillar en la serie al margen de los asuntos sentimentales. Hasta que se
decidan, su trama nos la ha presentado lidiando con otro debate clave en el
mundo del periodismo: ¿qué harías para lograr unas declaraciones? Como ella
misma admite: “diles [a tus alumnos] que ellos saben la diferencia entre lo que
está bien y lo que está mal. No necesitan a un abogado para hablarles de
absolutos morales”.
Aunque
los integrantes de News Night siguen siendo adalides de la perfección
moral y Sorkin abusa de miradas intensas por momentos (ha sido un capítulo de “Will
mira a gente haciendo cosas con cara muy seria”), los guiones siguen
manteniendo la fuerza que nos enganchó en la primera temporada. En la próxima
entrega, McAvoy volverá a sus raíces más quijotescas, evitando revelar el
nombre de la fuente que filtró los documentos. ¿Decidirán dar el paso y
convertirse ellos mismos en la noticia?
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