La maldición (una más, ya estamos buscando la siguiente) llegó a Storybrooke. Tardó un capítulo entero en cruzar medio bosque y entrar al pueblo, pero esta semana ya está aquí. Cayó en forma de fragmentos de espejo, metiéndose en los ojos de los habitantes del pueblo y sacando lo peor —o lo mejor, según se mire— de ellos. Y con lo que le costó a la maldición llegar, parece mentira que se haya ido con tanta rapidez. Shattered Sight es un capítulo de one liners y detalles matadores —que alguien me diga que Mudito no es maravilloso—, de comprender un poco más el pasado de Ingrid y su vida con Emma, y de broche a la trama de Frozen, pero para nada ha sido bueno en su conjunto.
Tras la llegada a nuestro mundo de una loca vestida de carnaval que fue cuasiestafada por una cutrevidente, saltamos en el tiempo para encontrarnos con la llegada de Emma a la casa de acogida de Ingrid, que se ha sabido integrar muy bien en América sin envejecer ni un día. Tras un contacto con ayuda inicial, ambas rubias hacen muy buenas migas hasta el punto de querer adoptar a Emma —siempre puntualizando que sería como su "hermana", vaya a ser que confundamos términos—. Sin embargo, en un ataque de confianza, Ingrid cree que es el momento de que Emma se ponga a prueba para manifestar sus poderes, quedando como una loca de atar y perdiendo a la Salvadora antes siquiera de tenerla. Años más tarde, en Storybrooke, pueblo que encuentra gracias al mapa del Aprendiz, en su primer y tenso encuentro en la heladería, Ingrid extrae todos los recuerdos de Emma (qué apañada esta mujer, con piedras siempre a mano) y sigue a lo suyo, esperando la llegada de su "otra hermana" para llevar a cabo su plan, plan que poco dura.
Gracias a la maldición hemos visto a Regina enfundada una vez más en uno de sus atuendos regios maravillosos, hemos disfrutado de frases hirientes que son verdades que se clavan como cuchillos pero nos han encantado, y... bueno, poco más, porque ha durado más bien nada. Cuando Regina lleva a Anna y Kristoff a la playa donde aparecieron, la joven princesa de Arendelle se topa con la botella que vino con ellos, que aún contiene en su interior el mensaje de su madre, que oportunamente es la clave para salvarles a todos. En él cuenta la verdad sobre sus hermanas y un mensaje de aceptación que no sé cómo le dio tiempo a escribir justo antes de naufragar —además de poner una piedra de los recuerdos a modo de botón, que deben crecer en los jardines de Arendelle, porque si no ya me diréis—. Al leer esto, Ingrid se sacrifica, feliz, para salvar a todos y reunirse con sus verdaderas hermanas.
Para el final nos dejan el plan de Rumplestiltskin, que sigue usando a Garfio a su antojo. Ah, y mientras todo esto ocurría, Bella dormía... Bravo.
A mí el capítulo me gustó mucho, ya que yo a esta serie solo le pido entretenimiento, humor y emotividad, y este episodio tuvo las tres cosas, Sin embargo tu crítica me ha gustado mucho, muy divertida jejeje
ResponderEliminarYo agradezco a Dios, a la Virgen y a todos los santos que por fin se termino Frozen, perdón, el primer corte de OUAT. Quiero ver a Regina en todo su explendor, a Rumple, a Hook... Las rubias oxigenadas eran reaburridas
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