State of Affairs, lo bueno y lo malo

State of Affairs es el último estreno de NBC para la temporada de otoño 2014 y es una serie que ha causado expectación, entre otras cosas, porque marca el regreso de la actriz Katherine Heigl a la televisión. 

A solo semanas de su estreno en Estados Unidos, State of Affairs ha recibido una tibia recepción de la audiencia norteamericana, pero... ¿es una buena o mala serie? Revisemos sus pros y sus contras y ya decidieres vosotros si vale la pena verla. 

Charleston ‘Charlie’ Tucker es una analista de la CIA con un pasado tormentoso. Su prometido, Aaron, murió en un ataque terrorista en Afganistán, al cual ella sobrevivió. Charlie ha buscado una forma muy poco saludable de sobrellevar su pérdida: fiestas, alcohol y sexo casual. 

Pero la vida profesional de Charlie es otra cosa, ella tiene un cargo de alto estrés. Es la encargada de realizar el informe diario sobre los acontecimientos de seguridad nacional para la presidenta de los Estados Unidos.  

State of Affairs nos plantea, semana a semana, casos diferentes a los cuales se deberá enfrentar la protagonista de esta historia. También, nos promete una trama transversal sobre la evolución personal de Charlie a lo largo de la serie. 

El argumento poco novedoso de State of Affairs la han hecho víctima de las comparaciones. Por su protagonista femenina, su temática relacionada con la CIA y asuntos de la Casa Blanca o por su estructura procedimental; hay quienes la etiquetan de una serie tipo Scandal, Homeland o Madam Secretary. 

El ritmo de la serie es vertiginoso y sus tramas se desarrollan con varios giros y revelaciones que despiertan el interés del televidente, pero a State of Affairs le falta un tono propio que la salve de las comparaciones. 

Katherine Heigl interpreta un personaje que se ajusta a sus capacidades actorales y para los fans de la actriz, este es un atractivo que no decepciona. La serie cuenta con un grupo de secundarios entre los que podemos destacar a Alfre Woodard, quien interpreta la presidenta de Estados Unidos y madre del fallecido novio de Charlie. Como ya veis, el ingrediente melodramático viene incluido en la serie. 

Sí eres de esas personas que puede ver la misma historia contada de diferentes formas y te apasionan los ingredientes que he comentado, esta serie podría ser tu nuevo entretenimiento. Pero si estás en búsqueda de una historia novedosa y desafiante, State of Affairs no te cautivará. 

A grandes rasgos, el mayor problema de esta serie es su premisa poco novedosa, pese a eso, es un buen estreno si lo contextualizamos como lo que realmente es: un drama de NBC que desea capitalizar el éxito en audiencias de otra serie de la misma cadena, The Blacklist. La gran pretensión de State Of Affairs es llegar a ese público y por ello comparte una temática con la serie de James Spader y la han puesto en la misma franja horaria de los lunes. 

De todas formas, State of Affairs no alcanza a ser The Blacklist, pero en España se podrá ver en Enero por Calle 13, bajo el nombre de Asuntos de Estado.