La
situación sigue complicándose para el equipo de News Night: el cuarto
episodio de The Newsroom nos ha dejado clara la obsesión por la
seguridad que reina el gobierno americano, para el que no existen vacas
sagradas ni privilegios periodísticos. Ni siquiera un juez consciente de que
toda la situación ha llegado demasiado lejos ha logrado impedir que Will
acabase detenido.
Mac
ha intentado encontrar una salida, evitando que tuviese que pasar por el trance
de ir a la cárcel. Primero luchando para sacar la noticia adelante (salvando
por el camino a varios testigos implicados. Eso es tener una buena libreta de
contactos, señores) y luego ha tenido que pedir más tiempo a su fuente. Sin
embargo sus esfuerzos se han cruzado con los problemas económicos de la ACN,
que obligaron a Reese a impedirle seguir adelante para no perder las opciones
de compra. Al menos ha tenido una boda sencilla e íntima, aunque el momento ha
perdido fuerza con un ‘Ave María’ de Schubert demasiado tópico.
Sloan
y Don se han convertido en la pareja más divertida de la serie. Mientras la
formada por Will/Mac son los líderes sufridores del equipo y la de Jim/Maggie
los Drama Queen, ellos saben lo que hay y lo que quieren sin perder el sentido
del humor. Además este capítulo nos ha vuelto a regalar un par de grandes escenas
entre la experta en economía y Charlie, luchando juntos a lo Quijote y Sancho
Panza en el complejo mundo de los empresarios mass-media. Después de la
traición en el proceso de compra, ¿cómo será todo bajo los mandos de Lucas
Pruit?
Entre
juicios y negocios con las altas esferas, Sorkin sigue aprovechando la
desastrosa relación de Jim y Hallie para desarrollar el tema de la lucha actual
entre el periodismo clásico -que por desgracia vive casi de forma exclusiva
en series o películas- y el creado por las nuevas tecnologías. Sin embargo la
óptica es demasiado maniquea, pues Hallie hace a las primeras de cambio todo lo
que prometió no hacer, para que no nos podamos encariñar con su personaje en ningún
momento. Todo para que Maggie vuelva a sus malos hábitos… Parece no haber
aprendido nada de lo que ocurrió con su excompañera de piso, Lisa, al recomendarle
a Jim que perdone a su novia cuando en realidad lo que quiere es intentarlo con
él. ¡Tanto drama para algo que se podía haber solucionado delante de un café!
En
el próximo capítulo podremos comprobar si Will sigue manteniendo su firmeza
moral en la cárcel y si Sorkin puede hacer que los presidiarios pontifiquen tan
bien como nuestros protagonistas. ¿Qué esperáis de las últimas dos entregas de
la serie?
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