A los guiones de Aaron Sorkin se
les puede acusar de líricos, irreales o terriblemente idealistas. Sus
personajes disparan frases como si tuviesen todas las enciclopedias
posibles en la cabeza, pero son como niños pequeños cuando tienen que
interactuar con los demás. Se les puede acusar de eso y mucho más, pero cuando
se emite un episodio como Oh, Shenandoah, también hay que acusarlos de
genialidad. Desde el propio título hasta la secuencia final, el penúltimo
capítulo de The Newsroom ha juntado lo mejor del talento de Sorkin con
un triste sabor a despedida. Y nos ha roto el corazón, para qué negarlo.
Will y el caso del espionaje han
pasado a un segundo plano, aunque sus apariciones han servido
para profundizar en su infancia y su carácter. El uso de un personaje que en
realidad es un producto de la imaginación del protagonista puede que haya sido
un recurso algo forzado pero ha servido bien a su propósito. A través del
diálogo con su padre, McAvoy se retrata a sí mismo, consciente de su carácter
orgulloso, su tendencia a menospreciar a los demás por su inteligencia o
educación y su utópica “misión para civilizar”.
En su ausencia, la redacción de News
Night ha sufrido la nueva dirección de Lucas Pruit, que como se veía venir
prefiere aumentar las audiencias -y por lo tanto conseguir más dinero- sin
importarle los medios para lograrlo. En un avión en Rusia, Jim y Maggie por fin
se convierten en personas adultas para hablar de sus cosas. Hagamos como que
nos sorprendemos por este giro final y vayamos a los personajes con carácter: Don
y Sloan han sido los que más han sufrido las consecuencias del cambio de jefe
pero gracias a ello Thomas Sadoski y Olivia Munn nos ofrecen unas
interpretaciones grandiosas.
El primero ha tenido que lidiar
con un tema espinoso y por desgracia muy actual en la sociedad americana: las
violaciones que se producen en el ambiente universitario. La breve frase “It’ll
be covered like Sports” resume una secuencia brillante en la que se exponen sin
ambages los prejuicios, miedos y silencios que rodean a una experiencia tan
traumática.
Por su parte, Sloan ha tenido que soportar un tema en principio más frívolo (el acoso a los famosos a través de
apps) pero que ha revelado la tendencia a menospreciar al espectador en cierto
sector televisivo, convirtiendo las noticias en un juego muy peligroso. El
límite, ¿dónde está el límite?. Esa es la gran pregunta del tan mal llamado
periodismo ciudadano del siglo XXI.
Entonces llegamos a los últimos
10 minutos, esperando que Charlie vuelva a ser el de siempre: que apoye a Sloan
y al resto del equipo para volver a ser lo que eran. Sin embargo, el veterano
jefe de división está cansado, agotado de luchar contra los molinos de viento. Trabajar
con el enemigo le ha llevado a un final triste pero realista: no siempre
podemos salvar lo que queremos del naufragio. Sam Waterson nos ha legado un
personaje tierno e inteligente del que en realidad no sabemos apenas nada, más
allá de su relación paterno-filial con Will. Sin casi datos para ver algo en él
con lo que empatizar, Charlie se ha convertido en un icono gracias a su
carácter y tendrá para siempre un pequeño lugar en la historia de la
televisión.
¿Qué va a ser de la ACN sin él? ¿Podrán Will y su
equipo volver a su línea editorial? ¿Qué haremos sin nuestra dosis de
periodistas-que-nos-hubiera-gustado-ser? Demasiadas preguntas y un único
capítulo para resolverlas. Se acaba The Newsroom chic@s.
Una pena que se acabe... No he leído ninguna de las críticas negativas sobre el episodio. Como dije el otro día en Twitter tras verlo, me dan igual porque "The Newsroom" es grande. Comparto lo que dices sobre lo que se puede decir de los guiones de Sorkin y demás pero ¿y qué? Anda que no escribe bien, anda que no tiene grandísimos personajes y hace fantásticas escenas.
ResponderEliminar"Oh, Shenandoah" fue brillante, crítico hasta la médula, removedor de conciencias y triste por muchas cosas. Y como dices, sabe a despedida y solamente nos queda un episodio para disfrutar.
Charlie... ¡Grande! Pero durante tres temporadas he pensado que cualquier día acababa como lo ha hecho, la pena es que no fue a lo grande, sino exhausto.
Ese momento en el que pensé que no habría nada más y de repente... Charlie. Para batacazo el que me llevé yo con la noticia de Mac a Will... tuve la esperanza de que no fuera su muerte hasta el final... =(
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