“Quería recordarles a todos los
personajes lo que sintieron al principio de esta misión quijotesca”. Así
resumía Aaron Sorkin la season finale de The Newsroom, en la que
nuestros héroes de News Night por fin pudieron bajar del árbol de su drama
griego y disfrutar de una (melancólica) despedida.
Con el asunto del espionaje
solucionado -y extrañamente olvidado, como si hubiese sido una excusa
sobre la que orquestar todo lo demás-, el entierro de Charlie ha sido la ocasión
perfecta para ir atrás en el tiempo y mostrarlo como el motivador principal de
la revolución en el programa de noticias. Corroboramos así que tener a El
Quijote como ideal partió en realidad de él y no de Will, porque fue el único que no se había rendido en su intención de lograr un programa inteligente
que informase de forma veraz.
Will y Mac se enteran de que van
a ser padres y como suele ser habitual en las series americanas, un hijo es la
coartada perfecta para resolver los daddy
issues de cualquier personaje, que sucumbirá a la máxima de “seré para él
todo lo que mi padre no fue para mí”. En fin, es ley de serie vida. Las
escenas más simpáticas recayeron de nuevo en Don y Sloan, que se sintieron
culpables de la muerte de su mentor pero recibieron sus famosas pajaritas como
herencia.
El equilibrio del episodio estuvo
a punto de encallar sin remedio en la ñoñería con la escena musical en el
garaje. Creo que Sorkin es el único guionista capaz de hacer extremadamente
perfectos hasta a los adolescentes: No Will, no sueñes, seguramente tu retoño
se revelará contra todas tus creencias sólo por fastidiar. Aunque ya sabíamos
de las cualidades musicales de los protagonistas, la escena quedó demasiado
artificial.
Jim y Maggie resolvieron sus
problemas y Leona apareció como un maravilloso Deux ex Machina para elegir a Mac como jefa de división, salvar la
reputación de Pruit y abrir una nueva etapa llena de posibilidades para todo el
equipo. ¿Quién iba a decir que todo este embrollo tenía tan fácil solución? (¡Y
cómo se echó de menos a Danny Castellano/Reese Lansing en esta despedida!)
Era muy difícil alcanzar el nivel
del pasado capítulo y aunque la tercera y última temporada de The Newsroom ha sido bastante irregular,
he de reconocer que se me ha hecho corta. Como ya he comentado en pasadas
críticas, los guiones tienen muchos problemas y los personajes son poco
creíbles pero la destreza de Sorkin para el diálogo es tal que hace que todo lo
que crea nos sepa a poco. Aunque haya recurrido a la búsqueda del final feliz,
el amor y la familia, también nos ha dejado
muchos puntos positivos: la pasión por un trabajo “que era una vocación y no
una carrera”, las contradicciones de las nuevas tecnologías y la inmediatez de
nuestra sociedad…
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