Matrimonio, embarazo, Bamon, Kai, Sheriff Forbes y personajes que vuelven de entre los muertos. Sí, sí, estoy hablando de The Vampire Diaries, la serie que cada semana nos inunda la pantalla con muchas historias y, digamos la verdad, algunas buenas y otras…eh, no tanto.
No puedo comenzar sin antes escribir sobre el mejor momento del episodio: el épico abrazo entre Damon y Bonnie. ¡Finalmente! Basta de Delena y Steroline, pues Bamon 2.0 regresa para ser nuestro nuevo alivio psicológico ante tanta muerte y lágrimas.
Apuesto a que todos fliparon con este momento |
Y ¿qué hay con las sorpresas? La madre de los hermanos Salvatore ha regresado de la muerte y, aparentemente, está de visita en Mystic Falls. Tal cual, universos que implosionan, viajes en el tiempo, magia, aquelarre de géminis y —a quién le importa cómo ha sucedido— la madre de los vampiros más guapos de la televisión pronto conocerá a sus nueras Elena y ¿Caroline?
Llegó nuestra suegra |
Y tenemos que poner en duda si Caroline será o no parte de la familia Salvatore, porque —al más estilo Elena Gilbert— la alegre rubia ha decidido apagar sus emociones y está a punto de convertirse en una vampiresa desenfrenada y sin humanidad. ¿Os imagináis cómo será eso?
"I can't, please turn it off" ¿Os suena conocida esa frase? |
Hagámonos la idea de que Steroline no tiene un buen pronóstico bajo este nuevo contexto, pero eso ya lo sabíamos. Mistyc Falls es un pueblo donde no se puede disfrutar tranquilamente del amor.
No puedo finalizar esta reseña sin mencionar: Alaric será padre (yeih), Matt y Tayler quieren ser policías (meh) y el funeral de la sheriff Forbes fue de lo más lindo y de seguro todos se nos escapó alguna lagrimita con el discurso de Damon, ¿o no?
Creo que fue uno de los mejores capitulos de la temporada, el funeral me sacó lágrimas, y aunque ya estaban mencionando mucho a Mamá Salvatore, le da un aire nuevo a la serie. Ojalá que siga así la serie. Pero sí, el abrazo Bamon, lo mejor del capítulo. Saludos!
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