Volvemos del parón a la mañana siguiente de la espantada de Derek Shepherd,
que total, para lo que venía haciendo también le pueden dar la semana libre a
Patrick Dempsey y apañado. Como resultado tenemos a Meredith buscando niñera. Requisitos del puesto:
experiencia con niños, no fumadora y con una paciencia desmesurada para tirarse
todo un día esperando para una entrevista de trabajo. Y ser su myperson, cuidado. Cómo está el mercado laboral.
Meredith lo lleva con esa
tranquilidad pasmosa que la caracteriza hasta que al final se derrumba en los brazos de
su nueva Mary Poppins, tras una sesión de recordar las sabias profecías de la
gran Cristina Yang junto a Hunt, quien todavía sigue sin tener propósito en la
serie tras la marcha de la mejor cardióloga del mundo mundial. Todo ello regado
por una cantidad ingente de flashbacks
de episodios mejores, que parece ser la tónica oficial de la temporada.
Los que no llevan tan bien el disgusto de lo suyo son Jackson y April, que aún están digiriendo la vida de quirófanos que va
a llevar su hijo en el hipotético caso de que el parto no se malogre. April
refugiada en la profesión y Jackson viniéndose abajo en la salita de materiales
junto al jefe Webber mientras el hospital se llenaba de casos convenientemente
protagonizados por niños y dramas maternofiliales. La trama nos deja momentos
tiernos entre la pareja y la esperada confrontación entre Kepner y Steph, que
se ve que tenía ganas de cogerla por banda.
Uno de estos casos nos lleva al minuto bonito de la semana, con Alex y
Bailey que parece ya han enterrado cualquier hacha de guerra tras su disputa
por el asiento/herencia de Yang en la junta. ¿A que no cuesta nada hacernos
felices con una escena recordando los once años que llevamos viendo a Miranda Bailey ser la mamá pato de esa
panda de internos de los que parece que sólo puede quedar uno?
Y el último cabo suelto que nos dejaron el noviembre pasado se queda en
discusiones y reflexiones sobre la tragedia del cáncer. Geena Davis contra la esperanza porque Arizona se mete donde no
debe y la hermanísima Shepherd quiere una operación con la que lucirse y
demostrar al personal que no tiene nada que envidiarle a McDreamy con un
bisturí en la mano. ¿Realmente
sobrevivirá la Dra. Herman? Yo diría que tiene muy pocas papeletas y que
los guionistas no rechazarán una oportunidad de poner a Arizona contra las
cuerdas otra vez.
Os dejamos la promo del próximo episodio, que seguirá explorando los baches
en el camino de Jackson y April.
A mi me aburre la pareja de April y Jackson, es que no me los veo. u.u
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