La promo de la semana pasada nos planteaba un misterio: ¿quién o qué es lo
que se encuentra Meredith Grey en una habitación de hotel durante una supuesta
visita a Washington? Porque a Derek desde luego que no es. Con eso han jugado los
guionistas toda la semana y durante la primera parte del episodio, poniendo de
los nervios tanto a la audiencia como a Maggie Pierce.
Maggie insiste. Ella tiene que saber a qué se ha dedicado su hermanísima
este fin de semana, llegando al punto de cogerse la pataleta del siglo y
decirle a Mer con todas sus narices que ella no quería comerse el
marrón de los nenes en primer lugar, cuando le faltó secuestrarlos a punta de pistola la semana
pasada. Coherencias Pierce: sólo primeras calidades.
Entre todas las cábalas de cómo podría haber invertido Mer su fin de semana
podríamos imaginarnos un retorno exprés de Cristina, un roneo salvaje con algún amante
del pasado (véase Finn el veterinario) o a saber qué, pero desde luego no una
escena para que Ellen Pompeo luciese lo bien que se ha quedado después de los
embarazos. Nos vendieron humo, nos lo creímos, pero bueno, nos lo hemos pasado
bien.
El otro asunto urgente del episodio: Amelia y Owen. Hay tensiones sexuales
tratadas a lo largo de innumerables episodios. Luego las hay de aquí te pillo, aquí
te mato y no ves ni media lengua de lo rápido que ha pasado todo. Y por último
esto que nos han plantado rapidito y por Seur. Que ni factor sorpresa ni nada. ¿Qué les cuesta fermentar un poquito la
trama? ¿Están tan caros los cimientos como las coherencias? ¿O es todo culpa de la urgencia de darle algo que hacer a
Hunt?
Callie Torres también ha vuelto al mercado este pasado jueves. Antes de que sus atributos
languidezcan ante el paso del tiempo, ella se lanza a los bares y a cazar.
Hombre, mujer, metro ochenta, tacón de aguja, rapado o rubia de bote… indiscriminadamente. Mientras tenga más de 18,
ancha es Castilla. Ole Callie Torres y las que pueden triunfar en cualquier
acera.
Y luego en el departamento del (aún más) cachondeo tenemos a Geena Davis dándolo
todo en su faceta más troll: vacilando al jefe del hospital, sacándole los trapos sucios a Arizona, poniéndola
en posiciones incómodas respecto a las tendencias nudistas de Jo… El lado
graciosete de la Dra. Herman es bastante mejor que su excesiva devoción por la
profesión y por poner a Robbins en ristre.
La semana que viene veremos un pasito más de la marcha fúnebre de Herman hacia
su incierto futuro en la camilla de Lady Shepherd. Os dejamos con la promo.
Yo pienso que ellos escriben la historia, el guion y llaman a los actores. Cuando están sentados, empiezan a repartir y llega Kevin McKidd y dice: HOOOOOOOOOOOOOOOOOLAAAAA
ResponderEliminarY los guionistas: fuck!!!! Nos olvidamos de el. Bueh No se preocupen, ya se nos ocurrirá algo.
Durante la grabación: Kevin, ven acá, agarra esto y ya.
Jajajajaja. Pobre, lo tienen de tira y encoje y bien que su personaje tiene tela que cortar
Pensé que no podría odiar a ningún personaje más que a Teddy Altman...y entonces llegó Amelia ¬¬ Qué coñazo de personaje, de tramas y de todo
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