El spin-off de The Closer ha llegado al final de su tercera temporada, con la cuarta asegurada. Respecto a la segunda temporada ha tenido una subida del 5%, y 4,98 millones de espectadores. Confieso que no seguí la serie predecesora, así que no puedo compararlas demasiado, pero sí os puedo decir que Major Crimes la sigo desde que se estrenó y, "in my opinion", funciona realmente bien.
Es cierto que podemos plantearnos si realmente es un spin-off, o un simple cambio de protagonista, teniendo en cuenta que han mantenido todo el elenco. La nueva capitana, Sharon Raydor, da una nueva impronta a la serie. Es un personaje al que cada vez le vamos viendo su cara humana, como lo demuestra el que acoja en su casa a Rusty Beck (Graham Patrick Martin), testigo clave contra Philip Stroh (Billy Burke). Este caso es recurrente durante las 3 temporadas que lleva Major Crimes.
Esta relación entre Sharon y Rusty ha ido creciendo y se ha convertido en una relación materno-filial. De hecho, en esta temporada que acabamos de ver, Sharon le adopta formalmente, no sin antes recuperar a la madre biológica y cómo, a pesar de estar en prisión y, supuestamente, desintoxicada, mantiene una relación tóxica con su propio hijo. Otro frente con el que lidia Sharon es con sus propios hijos, y ver cómo llevan el hecho de tener un nuevo hermano, así como con su ex marido (Tom Berenger). Este arco argumental es el corazón de la serie.
En una entrevista a James Duff, creador de la serie, explica cuál ha sido el tema de esta tercera temporada: "Las expectativas son lo que nos separa del resto de la cadena alimentaria, la capacidad de planificar el futuro y ver más allá. Pero cuando se llega al punto y ves que no es lo que imaginabas, o es menos de lo que querías, o que es más complicado de lo que pensabas, puede causar una gran cantidad de problemas". Un claro ejemplo es la familia, aquello que das por hecho, pero que es causa de dilemas para Rusty, pero que logrará restablecer Sharon con la ayuda de Detective Provenza (G.W. Bailey), quien se convierte en una especie de padre.
Y ahora es cuando vosotros, querido lectores, os preguntáis por qué no he hablado de los casos. Es curioso cómo un procedimental como Major Crimes sabe tratar aspectos tan importantes en la vida de una persona como la susodicha familia o la propia sexualidad de Rusty. Sí, es un procedimental (con casos mejores y otros peores) que nos habla de los diferentes caminos que nos ofrece la vida.
También os puede interesar: "Major Crimes, digna continuación de The Closer".
Si aún no habéis visto la tercera temporada, aquí os dejamos su tráiler.
Es cierto que podemos plantearnos si realmente es un spin-off, o un simple cambio de protagonista, teniendo en cuenta que han mantenido todo el elenco. La nueva capitana, Sharon Raydor, da una nueva impronta a la serie. Es un personaje al que cada vez le vamos viendo su cara humana, como lo demuestra el que acoja en su casa a Rusty Beck (Graham Patrick Martin), testigo clave contra Philip Stroh (Billy Burke). Este caso es recurrente durante las 3 temporadas que lleva Major Crimes.
Esta relación entre Sharon y Rusty ha ido creciendo y se ha convertido en una relación materno-filial. De hecho, en esta temporada que acabamos de ver, Sharon le adopta formalmente, no sin antes recuperar a la madre biológica y cómo, a pesar de estar en prisión y, supuestamente, desintoxicada, mantiene una relación tóxica con su propio hijo. Otro frente con el que lidia Sharon es con sus propios hijos, y ver cómo llevan el hecho de tener un nuevo hermano, así como con su ex marido (Tom Berenger). Este arco argumental es el corazón de la serie.
En una entrevista a James Duff, creador de la serie, explica cuál ha sido el tema de esta tercera temporada: "Las expectativas son lo que nos separa del resto de la cadena alimentaria, la capacidad de planificar el futuro y ver más allá. Pero cuando se llega al punto y ves que no es lo que imaginabas, o es menos de lo que querías, o que es más complicado de lo que pensabas, puede causar una gran cantidad de problemas". Un claro ejemplo es la familia, aquello que das por hecho, pero que es causa de dilemas para Rusty, pero que logrará restablecer Sharon con la ayuda de Detective Provenza (G.W. Bailey), quien se convierte en una especie de padre.
Y ahora es cuando vosotros, querido lectores, os preguntáis por qué no he hablado de los casos. Es curioso cómo un procedimental como Major Crimes sabe tratar aspectos tan importantes en la vida de una persona como la susodicha familia o la propia sexualidad de Rusty. Sí, es un procedimental (con casos mejores y otros peores) que nos habla de los diferentes caminos que nos ofrece la vida.
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