Hace dos semanas, tras la vuelta de su parón navideño, Mom nos sorprendió con un capítulo fuera de lo común. Estando
acostumbrados tanto a la marca CBS en lo que a sitcoms se refiere como al
estilo de la factoría de Chuck Lorre (The
Big Bang Theory, Two and a Half Men), lo último que esperábamos fue un
episodio como el número 11 de esta segunda temporada.
Titulado Three Smiles and an
Unpainted Ceiling (Tres sonrisas y un techo sin pintar), el episodio abría
como cualquier otro. Hasta que a la mitad
y sin que nadie se lo esperase, Alvin, padre de Christy y amor fogoso de Bonnie,
muere de un ataque al corazón en pleno cunnilingus. Su presencia en la
serie se estaba notando especialmente esta temporada, de cuyos episodios sólo
había estado ausente en dos hasta el 2x11.
La razón de este artículo no es la muerte de un personaje recurrente, si no
el cambio drástico del tono de una
sitcom que estaba acostumbrada a lidiar con temas de calado dramático como el
alcoholismo o el embarazo adolescente, pero que no había adoptado una postura
tan trágica como hasta este momento.
Si hay una escena que destacar en el episodio y que lo demuestra todo,
además de cualquiera en la que apareciese Allison Janney recordándonos que
actrices tan versátiles como ella hay pocas, es la de Roscoe, el hijo menor de Christy, walkie talkie en mano sentado esperando
a que su abuelo le hable, sabiendo todos que eso nunca va a pasar.
Es este nivel de dramatismo cuando lo habitual hubiese sido el tener una trama de pelea patética por la herencia lo que nos lleva a pensar que no es sólo que una serie rompa sus propios esquemas, sino que se está cimentando la transformación de uno de los géneros más clásicos de la televisión estadounidense.
Es este nivel de dramatismo cuando lo habitual hubiese sido el tener una trama de pelea patética por la herencia lo que nos lleva a pensar que no es sólo que una serie rompa sus propios esquemas, sino que se está cimentando la transformación de uno de los géneros más clásicos de la televisión estadounidense.
Este tipo de movimiento ya lo vimos, por ejemplo, en How
I Met Your Mother, ya no solo en el último giro del final de la serie con
La Madre, sino un par de temporadas atrás con la pérdida también del padre de
Marshall. Las comedias más de manual
también quieren hacer drama del de llorar a moco tendido.
¿Qué puede ser lo siguiente? ¿Un Sheldon Cooper deshecho en lágrimas dándose cuenta de todos los trastornos mentales que padece? ¿O Max y Caroline llorando la partida de Chestnut sin chistes de vaginas de por medio? Desde aquí queremos abrir el debate: ¿estáis a favor de la fusión y la experimentación
de géneros o pensáis que zapatero a tus zapatos?
En Two and a Half men (s12e10), ocurrió algo similar cuando intentan llevarse el niño que Walden y Alan están adoptando.
ResponderEliminarLa verdad a mi me encanta este "crossover" si está bien hecho
En lo personal no estoy en contra de lo experimental, ya que esto es muy al estilo de "Looking", "Girls" y hasta "Sex and the City", pero creo que hay productos para hacerlo y para no hacerlo. En "Mom" tal vez dio un buen resultado, pero suponiendo que tomas una sit-com longeva (TBBT) y haces esto podría perjudicar el desarrollo a futuro y la perdida de personalidad de la misma.
ResponderEliminarCreo que fue un fantástico episodio y demostró lo todoterreno que son sus actrices. El jueves pasado terminó su segunda temproada. Aquí dejo mi opinión ;)
ResponderEliminarhttp://seriesanatomy.blogspot.com.es/2015/05/todo-sobre-mi-madre.html
Saludos