Olivia Pope ha sido secuestrada por el Vicepresidente, esto lo sabíamos. Pero va mucho más allá. El Servicio Secreto y muchos trabajadores de la Casa Blanca también están involucrados. Y ya se han encargado de hacer saber a POTUS que no es buena idea avisar al FBI o la CIA.
Lo que tiene que hacer Fitz para conseguir liberarla es declarar la guerra con West Angola, esto también lo sabíamos. La novedad, aunque es habitual en secuestros y deberíamos haberlo imaginado, o eso vemos en la tele, es que no piensan soltarla pronto e, incluso, pueden acabar matándola igualmente. Pero es pronto para todo eso. Tras conseguir la prueba de vida, Fitz declara la guerra por televisión, esperando reencontrarse con Olivia. Andrew, entonces, revela que no la soltarán todavía. Hay que alargar la guerra mucho más tiempo. Pronto comienzan a llegar las noticias a los periódicos. La guerra no va bien para el ejército americano.
Fitz sabe que está siendo vigilado, así que busca la manera de poder hablar con Mellie y Cyrus sin levantar sospechas, Cyrus entiende, al fin, por qué el Presidente había dejado de escuchar sus consejos, y es que hay que ir a la guerra sí o sí. Entre tanto, Olivia se ha encargado de añadir pistas a su prueba de vida. ¿Cómo no se han podido dar cuenta los señores secuestradores de esto? ¿Tú te has dado cuenta? Yo me he dado cuenta. Igual tengo que buscar trabajo de negociador o secuestrador o algo. Fitz decide hablar con Tom Larsen. Larsen es un traidor, pero por motivos muy distintos a los del Vicepresidente. Tantos años de servicio le permiten saber que no puede confiar en nadie y que el único lugar donde poder hablar en privado es la casa de Olivia. Allí, Fitz se encuentra con Jake y le da el flash drive con el vídeo de Olivia. Jake, junto a Huck y Quinn, busca coincidencias con el reflejo del vaso de agua. Incluso ellos tardan en darse cuenta del detalle. Últimamente son más torpes, todo sea por rellenar minutos. Y capítulos. Encontrarán a Olivia antes de que termine la temporada, ¿verdad? La búsqueda no les lleva a ninguna parte, pero llega a la oficina una señora muy enseñorada que resulta ser la amiga de la vecina desaparecida (y muerta). Ahora saben por qué el secuestro fue tan rápido.
Hemos sabido que Lizzie Bear no sabía nada acerca del secuestro. Huck no para de acecharla y torturarla para conseguir liberar a su jefa, pero Lizzie no puede hacer nada, excepto acudir a Mellie. Las mujeres son más listas en Shondaland. Bueno, y en general también, ¿no? Mellie va directa a por Andrew y se lo lleva a la cama. Él, además, confiesa que su sueño es ser Presidente con ella a su lado, pero ella tiene otros planes y consigue su teléfono, que llega a manos de Huck. Y estamos en las mismas de siempre. ¿Cómo es posible que nadie se dé cuenta nunca de que le han robado el móvil? Con los datos del mismo, consiguen llegar a la nave abandonada donde Olivia estaba presa. Pero ya no están allí. ¿Por qué? Porque Liv ha convencido a su captor de que, en lugar de ejercer de niñera, debe comerciar con ella y hacerse rico.
No sabemos qué habría pasado si siguiese en la nave al llegar Jake, pero pensemos que las cosas habrían acabado de forma trágica. Si no, no nos alegraríamos de que Liv esté viajando en avión bien vestida y arreglada, y enviando pistas a Huck. Qué sonrisilla se le escapa, bendita Olivia Pope. No nos trae más que problemas, pero la queremos...
#SaveOlivia
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