Shameless, temporada 5: los Gallagher más crudos

Poco se habla de Shameless. Demasiado poco para ser uno de los pocos dramas familiares que consiguen mantener un ritmo tan frenético de tramas sin perder en ningún momento los estribos.

Su quinta temporada, actualmente en emisión en la cadena estadounidense Showtime (y en España, en Canal+ Series), nos mantiene en vilo semana a semana con las desventuras de los Gallagher, una familia disfuncional de los bajos fondos de Chicago (como podemos ver en la serie, ahora de moda) que no tiene mayor ambición que la de sobrevivir a la mala suerte... y a las malas decisiones.

En esta nueva entrega no hemos visto grandes avances. Al fin y al cabo, los Gallagher siguen siendo los mismos porque pocos de ellos pueden aspirar a algo más (como Lip), y aunque lo hagan siempre serán vistos como unos chicos de barrio humilde que jamás encajarían en el mundo real. En nuestro mundo real, claro está.

Porque la realidad de los Gallagher es otra: hijos de una pareja enfermiza y negligente, han crecido en un mundo sin oportunidades, empujados al pillaje y abocados a la marginación. Y si han conseguido sobrevivir es porque no son precisamente tontos (de hecho, son muy listos), y porque se tienen los unos a los otros. Ni más ni menos.

De hecho, ahí está la clave de su familia y de la serie en su conjunto: a pesar de que su malvado padre Frank Gallagher (quien no ha demostrado un ápice de bondad en toda la andadura de la serie) es el motor de sus vidas, ellos siguen adelante apoyándose entre ellos, tanto para lo bueno como para lo malo... salvo que, en su caso, lo "malo" no podría ser peor. No obstante, cuando el vínculo familiar se tambalea, comienza el drama. Y de eso hemos visto mucho en Shameless.

A partir de aquí, spoilers de la quinta temporada

Fiona es cabeza de familia, pero podemos decir que tiene la cabeza en otra parte: después de su gravísima metedura de pata, en esta temporada ha conseguido recuperar su posición como matriarca a pesar de que su vida sentimental sea un verdadero caos (un matrimonio por un impulso y la repentina reaparición de Steve/Jimmy tienen la culpa de ello). 

Sus hermanos, más de lo mismo. Por un lado, tenemos a Ian, que parece haber heredado la bipolaridad de su madre Monica (bipolaridad de verdad, amigos) y nos ha llevado por el camino de la amargura tanto a nosotros como a su novio Mickey; ¿habrá desaparecido de nuevo, ahora que ha fichado por Gotham?. Por otro, tenemos a Debbie, quien después de una de las adolescencias televisivas más horribles que podemos recordar, vive una situación de empoderamiento realmente impactante a base de golpes y peleas de instituto. A día de hoy, ellos dos han sido lo más interesante de la quinta de Shameless. Incluso más que Fiona. 

El drama está asegurado, por tanto... pero no es perfecto: la inagotable suciedad de Shameless siempre será un obstáculo, y cualquier elemento "dulcificador" acaba por desaparecer o quedar fuera de lugar, ya sea a propósito o no. ¿Qué pinta Dermot Mulroney en Shameless y a qué esperan para hacer algo con él (porque sobra cantidad)? ¿qué pretenden hacer con Lip y su futuro, así en general? ¿en qué momento pensaron que el drama paternal-doméstico de Kev y Veronica podría abarcar tantos episodios?

Estamos a mitad de la temporada y todavía pueden ocurrir muchas cosas, pero en cualquier caso podemos decir que Shameless ha reinventado el concepto de drama familiar televisivo convirtiéndolo no en uno al uso (de los que, por cierto, apenas quedan) sino en un producto de gran categoría, por mucho que los académicos se nieguen en aceptarlo. Y decir eso de una serie en su quinta temporada es un logro, como sabemos.

Curiosidades de Shameless

Espero que Fiona encuentre su sitio, preferiblemente sin ninguno de los hombres que hay ahora en su vida (en serio, chica, puedes hacerlo mejor); que Debbie siga dándole puñetazos a la vida, y dándonos la vida a nosotros por el camino; que Carl tenga alguna trama de verdad; y que regrese Sheila para seguir robando escenas con Sammie y Chuckie, que todo sea dicho, cada vez me gustan más.

Y si Frank desaparece, tampoco iba a decir que no.

¿Y qué opináis vosotros?