Ayer se estrenó en ABC y hoy hará lo propio en Movistar Series: American Crime es una de las propuestas de la midseason americana que hace unos días pudimos ver en un preestreno organizado por la plataforma española y por los amigos del Birraseries. La serie, desarrollada por el guionista y ganador de un Oscar John Ridley (12 Años de Esclavitud) comienza con un crimen en la ciudad de Modesto, California, donde tras un asalto en su hogar un veterano de guerra es asesinado y su mujer acaba malherida. La serie seguirá los momentos posteriores al crimen, donde la policía investigará el caso, la familia buscará justicia, y los sospechosos estarán bajo la lupa de toda la comunidad.
Aunque el concepto a primera vista es convincente y prometedor, son varias las particularidades que definen a American Crime, y no todas ellas son tan positivas:
Para empezar, tengo mis dudas respecto al posible éxito de American Crime en Estados Unidos. Sustituta de How to Get Away with Murder en la noche de Shondaland, la serie tiene que llenar un hueco tanto preciado como apreciado, y es ahí donde todos nos preguntamos cómo una serie que sigue el modelo del cable —estéticamente hablando, así como temáticamente: ni es procedimental, ni es policíaca aunque hable de un crimen— puede encajar en una noche cuya programación sigue el modelo del culebrón.
Por otro lado, podemos decir que American Crime ha llegado a ABC en el momento adecuado y que podrán ser las que empujen al producto en la parrilla americana:
Primero, por el auge que han vivido las series racialmente diversas en Estados Unidos, donde en los últimos meses las series más exitosas tanto de crítica como de audiencia (Jane the Virgin, HTGAWM, Empire) cuentan con un reparto diverso; y donde esta característica se ha convertido en la base de los castings para las series de la próxima temporada.
¿Quiénes son los asesinos?
Segundo, porque tras el caso de Ferguson, una serie no sobre un crimen, sino sobre los aspectos socioeconómicos y raciales que se encuentran detrás de este, puede convertirse en un must-see para una sociedad que ahora tiene otras demandas.
Aunque me inclino a pensar que American Crime se va a pegar el batacazo del mismo modo que se lo pegó Gracepoint, también tenemos que tener en cuenta que la cadena hará todo lo posible por mantenerla en el aire: American Crime es una serie de premios, una alternativa en los Emmy donde no el producto sino más bien su reparto pueden llegar a tener cierta relevancia. De hecho, John Ridley ha basado el desarrollo de su serie no tanto en la narrativa sino en la interpretación, y se comenta que ha hecho más esfuerzos por conseguir que sus actores brillen con luz propia que por lograr que su guión tenga un desarrollo sostenible. Algo que, por cierto, tampoco tiene tanta complicación cuando la premisa es así de simple.
Si ya en el piloto Felicity Huffman —la madre de la víctima, egocéntrica y racista—, Timothy Hutton —el padre— y Benito Martinez —padre de uno de los sospechosos— hacen un papel espectacular, podemos asegurar que en los próximos episodios el nivel interpretativo irá a más a medida que el caso de Modesto vaya tomando forma. En definitiva, American Crime es una serie que merece la pena ver, aunque sea por ver a Lynette Scavo de nuevo en acción... porque ya sabemos qué pasa con las series sobre crímenes: al final el asesino es quien menos te lo esperas. O no.
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