The Slap pasó por NBC sin pena ni gloria y se despidió con datos flojos, pero desde aquí os la recomendamos, ahora que se ha despedido, de la misma forma que lo hicimos al comienzo. Vamos a hacer un repaso sin marcarnos muchos spoilers pero, esencialmente, esto es un balance de temporada. Comentad vuestras impresiones los que la hayáis visto.
La principal queja que tuve al comenzar la miniserie era ese aire jazz que le dieron al piloto. Por suerte, no se volvió a repetir. No encajaba unir una acalorada disputa familiar y un juicio legal con ese toque de película de Woody Allen. Por cierto, el narrador desapareció en alguno de los episodios centrales y no se le echó en falta.
La conclusión complace a ambas partes y también a los defensores que pudieran tener, tanto en la serie como a nosotros desde casa, pero no se moja. ¿Quizás preferíamos que un bando ganase? No lo sé. Cada uno tiene sus puntos en contra. De todas formas, el resultado es satisfactorio, viendo la evolución de todos ellos, y también de Hugo, el niño problemático. No diré que el crío se mereciera el bofetón, pero sí que a los niños hay que saber educarlos. Y tampoco diré que se puede apreciar que el bofetón le vino bien, pero a raíz de aquel incidente en aquella barbacoa, ese niño es mucho más comedido, por unas razones o por otras. Pudo ser el bofetón, o las peleas de sus padres, o ver las consecuencias que trajo todo aquello, pero al final de la serie dan ganas de llevarse al Hugo a casa.
Son ocho episodios, no es una barbaridad que digamos, pero, aun así, sobra material. Se deja por el camino la verdad de personajes más relacionados con la historia principal y profundiza en la personalidad de otros que no son importantes. Me refiero, sobre todo, a Connie. Tiene una vida muy particular y se explican tanto sus vivencias como las de los que le rodean, y también las consecuencias de sus actos, pero nada tienen que ver con la bofetada. Es una historia bastante simple, aunque la disfracen de dramón. Podrían guardarse esa moralina para otra serie; yo habría preferido un episodio para Sandi, la mujer de Harry, que parece que no tiene mucho que contar pero, sin duda, tiene más importancia que Aisha.
Aparte de esto, el personaje que más me ha decepcionado ha sido Aisha. No sé si se puede llamar evolución a volver a la adolescencia, que es básicamente lo que ha hecho. Mi favorita, pese a estar completamente en desacuerdo con sus decisiones, es Rosie. Qué gritos, qué muecas, qué drama. Los demás personajes me resultaron bastante light, sobre todo Ritchie, y eso que en él recae todo el peso de la historia. Al final, creo que todos los actores han estado muy correctos en un guion bastante ligero.
Quiero dejar claro que no he visto la original australiana, así que no puedo comparar. De haber sabido de su existencia antes de ver anunciada la versión americana, probablemente la habría visto porque el argumento me llamó mucho la atención, pero no tiene mucho sentido hacerlo justo ahora.
Además, las principales razones que me llevaron a amar esta serie antes de su comienzo fueron Zachary Quinto y Uma Thurman. Uma Thurman —con su cara de siempre, gracias a Dios— reemplazó a Mary Louise Parker, que abandonó el proyecto antes de empezar, y esto también es una buena noticia para mí porque Uma es una grande (no digo que la Parker no lo sea).
Conclusión, un tiempo bien invertido. The Slap mereció la pena.
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