La tercera temporada de Bates Motel concluye con un final brillante, aunque ya nos llevaban preparando para algo así toda la temporada. La serie ha ido acercándose cada vez más a su verdadero origen, a la película en la cual se basa la serie, Psicosis. Nos ha mostrado cómo va evolucionando la locura de Norman a lo largo de toda la temporada y, en su final, vemos las claves para lo que será la cuarta temporada, a la que, si has seguido la serie, no podrás dejar escapar.
Se rompe el vínculo Norman - Norma
En esta temporada la unión madre-hijo ha ido cada vez peor, a pesar que desde su inicio la relación seguía en pie, ya que los dos dormían hasta juntos y abrazados, cosa que hasta el propio Dylan le dio grima y tuvo que decírselo a su madre. Esto no le sienta bien a Norman, pero lo acepta. Aun así, no es lo único que da grima esta temporada, pues el chico comienza a sentirse atraído sexualmente por su madre, pero a esta le parece tan normal; de hecho, le dice que no se preocupe. Pero sí, Norma, un poco preocupante sí que es.
Además de esto hemos podido ver momentos bastante delirantes, como cuando Norman se cree que es su madre y se viste como ella, diciéndole a su hermano que está haciendo el desayuno y que vaya a buscar a su hermano pequeño. Esto es solo el principio de la transformación de Norman, que seguro que en la cuarta temporada ira a más.
El distanciamiento ocurre sobre todo cuando Caleb decide hablar con Norma para pedirle perdón y le pide a Dylan que se lo diga, este se lo cuenta a su hermano y ambos deciden pedirle por favor a Norma que lo escuche, pero esta se lo toma todo como un complot contra ella y abandona a sus hijos, al menos, por una noche. En esa noche, Norma se refugia en casa de James, un psicólogo que conoce en la universidad, el cual queda prendado de ella. En un estado de ansiedad brutal mezclado con alcohol, Norma le cuenta todo sobre su hijo al psicólogo y, además, se acuesta con él. El pobre del psicólogo no sabía la de problemas que le iba a traer esta mujer y, sobre todo. el hijo de esta, que hasta le hace una sesión de terapia en la que casi le cuesta la vida.
Tras pensarlo mucho, Norma decide mirar una institución para enfermos mentales y esto es lo que peor le sienta a su hijo, ya que siente que su madre se ha rendido con él y decide escaparse de su casa junto con Bradley Martin. Pero claro, cuando su hijo le dice que se va con una chica que, supuestamente, está muerta, la pobre mujer entra en pánico y encierra a su hijo en el sótano. Pero él se escapa y cuando huye con la chica sale en acción su alter ego, la Norma Bates de su mente, que le lleva a cometer el asesinato clave de esta temporada, ya que desata la nueva era del protagonista. Ya podemos decir que es un serial killer en toda regla.
¿Veremos a Norman vistiéndose como su madre en la cuarta temporada? ¿A qué extremo le llevará su mente?
¿Veremos a Norman vistiéndose como su madre en la cuarta temporada? ¿A qué extremo le llevará su mente?
El Pen Drive de Bob Paris
El caso policial de la temporada ha estado relacionado con la muerte de Anika, la cual regresa al motel moribunda para entregar a Norma un pen drive, el cual contiene información muy importante. Tras dar muchas vueltas con el dichoso pen drive, Norma descubre que hay una especie de listado con cantidades de dinero. Todo apunta a un tal Bob Paris que, como casi todos en el pueblo, se dedica a la droga.
En un principio, Norma quiere sobornarlo para mejorar su motel, pero el tal Paris no le hace gracia e intenta hacer la vida imposible a esta. De hecho, tortura al pobre James para que le cuente toda la verdad sobre su paciente. Todo esto le ha llevado a sufrir mucho por la seguridad de su hijo pero, también, le ha servido para unirse mucho más a su hijo mayor y al sherif Romero.
Norma ha sufrido muchos altibajos esta temporada con Romero, pues a los guionistas les gusta jugar con nosotros y explotar al máximo la química que tienen ambos personajes, pero solo para ponernos los dientes largos, ya que en tres temporadas no se han liado. ¿Hasta cuándo nos van a hacer esperar? Lo que si es verdad es que, nuevamente, Romero protege a Norma, aunque sea perjudicándose a sí mismo.
En busca de la felicidad de Dylan
Si hay alguien que le ha cambiado la vida está temporada no es solo a Norman, sino que su hermano mayor también está empezando a cobrar mucha importancia en la serie. Dylan ha madurado mucho y eso se nota. Sobre todo ha permitido que su padre se acerque a él. De tal forma que. cuando este se va a final de temporada, le sienta bastante mal.
Por otra parte, cuando Norma se va de casa, Dylan se tiene que encargar del tarado de su hermano y, menos mal que le ayuda Emma, surgiendo así un vínculo emocional muy grande entre ellos. De hecho, se embarca en un negocio muy peligroso solo para conseguirle dinero a Emma y que así pueda acceder a un trasplante de pulmones cuanto antes. Esperemos que en la próxima temporada podamos ver más momentos de ambos juntos ya que, aunque forzada, la pareja Emma-Dylan es muy bonita.
En general, una temporada de transición en la que Norman se va volviendo cada vez más loco, con delirios mucho más impactantes y en la cual su madre, por fin, se da cuenta del monstruo que ha estado criando todos estos años y que ahora no sabe como controlar.
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