Quienes vemos Nashville tenemos a estas alturas muy claro qué esperar y qué no de la serie de ABC. No es el drama de calidad que aspiraba a ser en su episodio piloto pero, por suerte, ya no intenta serlo: ha abrazado por completo el culebrón y sus finales de temporada siempre están cargados de clichés televisivos. Pero ni es autoconsciente como Jane the Virgin ni cuenta con la misma cantidad de giros por minuto que Scandal o How To Get Away With Murder. Entonces, ¿por qué merece la pena verla?
Porque Nashville es un tipo de serie que cada vez se hace menos, y a ratos parece casi sacada de los noventa. Cualquiera que haya visto alguna vez la televisión sabrá adivinar cómo acabarán las tramas en el mismo momento en que se plantean. Y ahí reside su encanto: Nashville, con su reparto coral de personajes de cartón piedra a los que no paran de pasarles cosas, es un lugar cómodo y familiar al que volver cada semana para echarnos unas risas o enfadarnos con los protagonistas. Y además cantan.
Juliette, la gran ausente
La Juliette Barnes de Hayden Panettiere se confirmó rápidamente como la gran revelación de la serie. Sin embargo, el embarazo de la actriz nos ha privado a muchos niveles del mejor personaje de Nashville: se incorporó a la trama, por lo que no hemos dejado de ver a Juliette en ningún momento, pero el bombo ha lastrado un poco al personaje. Relegada a alivio cómico, Hayden Panettiere ha tenido pocos momentos para brillar este año.
Aun así, en la recta final y ya después de haber dado a luz, los guionistas han improvisado una depresión post-parto (una trama bastante original para lo que suele ser la serie) que puede dar grandes momentos en la cuarta temporada. La serie está manejando el tema con escasa sutileza, pero es interesante ver esta nueva faceta del personaje.
Layla y Jeff se adueñan de la recta final
A veces, hasta en Nashville tienen buenas ideas. Juntar a estos dos personajes, que nacieron como un par de villanos hechos con molde, ha sido una de ellas. La destructiva y abusiva relación entre el exdirector de Edgehill Repubilc y la estrella emergente –reconvertida en cantautora indie– ha funcionado muy bien, gracias en parte a los actores. De nuevo, la sutileza ha brillado por su ausencia y hay que coger algunas cosas con pinzas, pero el personaje de Aubrey Peeples es ahora mismo mi favorito.
La cruz de la moneda ha sido Will Lexington. El cowboy por fin ha salido del armario y ha tenido buenos momentos en la recta final, pero su trama se ha desarrollado con una lentitud pasmosa. Queda ver cómo afectara esto a su carrera en otoño, pero al menos hemos pasado página.
Scarlett y Gunnar siguen dando vueltas
Es tan obvio que Scarlett y Gunnar acabarán juntos al final de Nashville que es imposible invertir emocionalmente en ninguna de sus relaciones paralelas, pues sabemos que no tienen futuro. En mi caso, no ayuda el hecho de que no me interesen como pareja, así que verlos discutir y distanciarse solo me aburre. Espero que alcancen cierta estabilidad y se centren en su carrera musical, que cantar es lo que mejor se les da Clare Bowen y Sam Palladio. Eso sí, ¡que Avery vuelva al grupo!
Los hombres de Rayna y sus aburridas desdichas
El compromiso de Rayna y Luke se fue al traste, como todos sabíamos que pasaría, pero a ésta le costó unos cuantos meses dejar al machista que tenía por prometido. Inexplicablemente, el señor Wheeler sigue siendo un personaje regular y hay que seguir soportándolo semana tras semana haciendo cosas tan interesantes como liarse con Christina Aguilera o no enterarse de que Will es gay.
Hablando de personajes que no se entiende que sigan apareciendo, por ahí está también Teddy, que por culpa de Jeff se lió con una prostituta que primero lo chantajeó y luego lo delató al FBI. Todo esto podía tener su gracia como comedia involuntaria, pero luego pasaron cosas que no le interesan a nadie relacionadas con la corrupción de la familia de Rayna y que, por desgracia, no han acabado con su muerte. Lo han detenido, eso sí.
¡Despedidas!
Tandy, la hermana de Rayna, y Zoey, la amiga random de Scarlett, eran el colmo de la irrelevancia en una serie cargada de personajes irrelevantes. Por suerte, Nashville se dio cuenta y las mandó a paseo (perdón, a otras ciudades a seguir con sus vidas). Hasta nunca.
Con lo que se ahorraron, probablemente pagaron el sueldo de una desaprovechada Laura Benanti a la que siempre se agradece ver.
Rayna, redefiniendo el concepto de Mary Sue
Rayna Jaymes, o, como les gusta llamarla en la sala de guionistas, la segunda hija de Dios en la tierra, ha montado con éxito su propia discográfica con la que financia los discos de todos los demás personajes sin ningún problema. Además, es tan buena persona que se dedica a ayudarles con sus problemillas (ya sea organizándoles una baby shower o ayudándoles a demandar a su exmarido maltratador).
Además, por fin ha vuelto con Deacon, con quien se casa de mentira al final de la temporada (¡sin post-it ni nada!). Todo en su vida sería más brillante que el sol si no fuera porque...
Deacon tiene cáncer
Una prueba de lo falta de ideas que está Nashville es que hayan jugado la carta del cáncer en la tercera temporada, antes de lo que suelen hacerlo las series de este tipo (Desperate Housewives, Parenthood y Brothers and Sisters se esperaron al cuarto año). Como siempre, Deacon no morirá, pero el recurso da para unas cuantas escenas muy dramáticas y a mantenernos implicados.
El problema es que no hay nada demasiado original en la forma de tratar una trama que ya hemos visto mil veces. El gran cliffhanger de la temporada es que algo ha fallado en el trasplante de hígado que necesita, pero en caso de que su organismo lo rechace, siempre está la opción de que Maddie sea la donante.
Menos música y menos temazos
La música es una parte fundamental del universo de Nashville y, sin embargo, ha pasado a un segundo plano en la tercera temporada: se canta menos, rara vez dejan una actuación hasta el final y no ha habido temas potentes, al nivel de Black Roses, Crazy Tonight o Don’t Put Dirt On My Grave Just Yet. Ninguna canción suena mal, pero pocas se quedan en la memoria.
La cuarta temporada, que han conseguido gracias a la sindicación, será probablemente la última de Nashville. Esperemos que aprovechen para poner toda la carne en el asador, nos devuelvan a la Juliette que nos gusta y suban el nivel musical. Y a vosotros, ¿qué os ha parecido?
Ay qué alegría ver que alguien más ve "Nashville", me sentía muy sola con este tema : ) Opino igual que tú, es una serie que se deja ver y que no engaña, cuando enciendes la tele sabes lo que te vas a encontrar y yo, tengo que reconocer, que en ocasiones me ha salido la carcajada porque ya no pueden liarse más con más..Dejando eso aparte, me da penita que ni tú tengas en cuenta a Avery, es de los personajes que más me gustan y me hacen disfrutar por su manera de expresarse, especialmente cuando se encuentra en medio de la pesadez suprema que es el dueto Scarlett-Gunnar..Me dio pena ver a Juliette en plan payaso dado su estado (véase la escena en el festival), pero me gusta tanto esta pareja que me duele en el corazoncito pensar que no puedan arreglarse..Santa Rayna hasta podría sobrar y el señor Wheeler es tan cliché que hasta le echaría de menos..Y por úlitmo un tirón de orejas, Jeff Fordham no era el director de Highway 65 sino de Edgehill Republic!!.Si te entera Rayna, te cierra la página : )) Estupendo artículo, ¡gracias!
ResponderEliminarCorrijo, mencionas a Avery, pero se hubiera merecido una frase más larga ; )
ResponderEliminarA mí también me gusta mucho Avery, que conste, pero este año el pobre se ha dedicado a ser una comparsa de Juliette o Scarlett/Gunnar y no ha tenido trama propia. Gracias por avisar de lo del sello de Jeff y por comentar. :)
ResponderEliminarCreo que explicaron que Maddie es menor de edad, por eso no puede donar, por lo que no está esa opción como tu dices.
ResponderEliminarbtw, a mi me gusta Nashville. Me entretiene, me emociona (por muy predecible que a veces sea) y las canciones no se hacen pesadas. Aunque si, concuerdo contigo en que en esta temporada faltó alguna canción tipo Black Roses, que quede impregnada en la memoria.
Rayna dice que es "muy joven" de pasada, así que me da la sensación de que no han querido ni contemplar la posibilidad. De todas formas, ya veremos. Igual sí ha aceptado bien el órgano y lo que pasa es que su hermana ha muerto.
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