Este
fin de semana acaba la segunda temporada de Penny Dreadful, que nos ha
vuelto a ofrecer diálogos épicos, tramas sorprendentes y mucha, mucha sangre.
Tras convertirse en una agradable revelación el pasado año, en esta ocasión
tanto los actores como los guionistas han puesto todas las cartas sobre la mesa
demostrando que la época victoriana es una fuente inagotable de buenas
historias para los ingleses. Os damos cinco razones para poneros al día y
disfrutar de este oscuro universo decimonónico.
1. Una protagonista femenina de gran complejidad
Vanessa
Ives se ha convertido por derecho propio en uno de los grandes personajes
femeninos de los últimos años. Sabe defenderse sola pero no llega a convertirse
en una típica súper woman sin tacha: ha cometido sus pecados en el
pasado, sabiendo madurar con el paso del tiempo y, aunque posee una fortaleza
que sorprende constantemente a sus compañeros, tampoco evita el mostrar sus
debilidades. Consciente del peso de la culpa, es capaz de ver desde otra
perspectiva las historias ocultas de sus amigos, demostrando siempre una
lealtad incorruptible.
El
talento interpretativo de Eva Green es el gran responsable del atractivo de
Miss Ives y para comprobarlo sólo hacer falta repasar el séptimo episodio de la
primera temporada, en el que luchaba contra una posesión demoníaca: nunca unas
ojeras transmitieron tanto. Además, en esta segunda entrega ha estado
acompañada de la gran Helen McCrory, una de esas actrices camaleónicas que sólo
pueden salir de las Islas Británicas.
2. Reconversión de los clásicos y la mitología del siglo XIX
Hace
tiempo que los vampiros y hombres lobo volvieron con fuerza a la televisión,
¿queda algo que no se haya dicho ya? La respuesta es sí, si tienes en cartera
un guionista como John Logan, capaz de ofrecer una interesante vuelta de
tuerca. En vez de centrar la atención en Drácula, la primera temporada jugó con
el destino de Mina y la imposibilidad de la salvación. El desarrollo de la
trama de Ethan Chandler y su problemática con la luna llena se ha hecho a fuego
lento para convertirlo finalmente en una pieza clave de la batalla final.
Mientras, Víctor Frankenstein, lejos de ser un megalomaníaco obsesionado con
convertirse en Dios, es en realidad una interesante reflexión sobre la soledad
humana.
Y
tampoco pueden faltar grandes referencias a historias y temas que ya forman
parte de nuestro imaginario colectivo sobre el siglo XIX en Londres: Jack el
Destripador, la fascinación del público
por las historias de asesinatos, los museos de cera, las drogas, los
historiadores eruditos del Museo Británico o la pasión por África y el mito del
Gran Cazador Blanco –personificado en Sir Malcolm Murray (e inspirado en Allan
Quatermain)–.
La publicidad de la serie también juega con referencias del XIX |
3. Una misteriosa banda sonora
En la particular atmósfera de Penny Dreadful la banda
sonora juega un papel esencial desde los títulos de crédito hasta la elección
de canciones tradicionales, pasando por un score de corte clásico en la
que predomina el uso del piano. El compositor polaco Abel Korzeniowski (que ha
participado también en películas como Un
Hombre Soltero) es el responsable de crear la personalidad sonora de la
serie, que mezcla a la perfección el misterio, el peligro y la sensación de
culpa que persigue a cada uno de los protagonistas.
En
esta segunda temporada ha habido dos grandes momentos musicales: el final del tercer
episodio, con una escena desgarradora sin dejar de ser poética y la tenebrosa
interpretación de The Unquiet Grave por parte de McCrory, imitando a la
duquesa de Bathory.
4. La poesía de los Poetas Satánicos
Byron, Shelley, John Clare,
Woodsworth… La historia de Víctor Frankenstein se ha remezclado con El
Quijote: si la perdición para este último eran las novelas de caballerías,
para el mítico doctor ha sido la poesía romántica. Su personalidad está
construida por completo a través de los versos de estos autores, sobre todo de los
conocidos como Poetas Satánicos (llamados así por su inadaptación a la
sociedad de la época), potenciando su carácter trágico e incomprendido.
Caliban
/ Mr. Clare es una máquina de recitar rimas, repitiendo hasta la obsesión los
gustos de su creador y reflejando el gran respeto que los ingleses tienen hacia
sus letras (¡Y el juego que les sacan tanto en la pequeña pantalla como en el
cine!). Penny Dreadful es la oportunidad ideal para apuntar varios
nombres clave de la literatura y aprovechar para acercarse a su obra. El poema I am de Clare es una ellas:
I am –yet what I am none cares or knows;
My friends forsake me like a memory lost:
I am the self-consumer of my woes–
They rise and vanish in oblivious host,
Like shadows in love’s frenzied stifled throes
And yet I am, and live–like vapours tossed
5. Decorados e iluminación: la perfecta atmósfera del imaginario victoriano
El
otro apoyo ambiental de la serie es su gran calidad técnica, en la que se
recrea a la perfección la elegancia de los barrios londinenses acaudalados y la
miseria más cruel de los callejones escondidos de la capital inglesa. El terror
gótico decimonónico ayudó a instalar en nuestro imaginario colectivo las
imágenes de una ciudad de contrastes en la que los avances de la ciencia y la
riqueza compartían espacio con el misticismo oriental y la desesperación de la
clase obrera.
La
serie juega con maestría con todos esos referentes, apoyándose en unos
ambientes siempre controlados por la oscuridad (incluso un salón de baile lleno
de candelabros puede mantener un aire siniestro) y en los que explotan con
inteligencia el patrimonio arquitectónico irlandés o la belleza del vestuario
de época.
te falto poner que tiene los mejores personajes en pantalla por lejos ajajajja. Dorian grey, lila, madame kali, etc etc. Ningun personaje se me hace que sobra y sea soso, todos son muy complejos. Y además que tome el ideal romántico me hace alucinar, creo que muy pocas series lo han hecho.
ResponderEliminarEs una de las series de horror mas geniales, actuaciones increibles, fuertes, dramaticas... me gusta mucho.
ResponderEliminar