Fear The Walking Dead continúa su andadura respondiendo a las preguntas que nos hacíamos al principio de The Walking Dead. Si la semana pasada parecía que sus protagonistas iban a emprender un camino similar a Rick y compañía que al final no se produjo, el cuarto episodio ha servido para que sepamos cómo se vivía en unos de esos campamentos militares de los que tuvo que haber muchos al inicio del brote. La historia que esperamos que se nos cuente de aquí al final de la primera temporada es cómo y por qué esos campamentos que parecían tan seguros acabaron siendo pasto de los caminantes.
En la conversación entre Madison y Daniel en la que éste le pide que cuide de su hija, le cuenta una historia en la que su padre le explicaba que los militares de su país mataban a la gente por miedo y no por odio. Especialmente interesante me parece esta introducción del miedo como concepto, no olvidemos que está en el propio nombre de la serie. En efecto, la situación es completamente nueva y nadie, sea político o alto mando militar, tiene la suficiente experiencia para manejar una situación así. El desconocimiento provoca miedo y si los soldados han visto enfermar a gente para después volver como un zombies, tiene explicación que los intenten aislar y, si es necesario, ejecutarlos por el bien común. Es difícil que nosotros no hiciéramos lo mismo en su lugar.
Estas decisiones basadas teóricamente en el bien común, o en el mal menor, no son entendidas por quienes las sufren en sus carnes. Los familiares y amigos de las personas a las que se llevan en los camiones no van a tolerarlo sin más. Mi teoría es que los caminantes encontrarán muchas facilidades para conquistar los asentamientos aprovechando las guerras internas entre militares y civiles, que se irán poniendo cada vez más nerviosos por la escasez y la falta de información, así como se favoreció su expansión en medio de las revueltas callejeras. El ser humano, una vez más, un obstáculo para sí mismo.
El episodio, Not Fade Away, ha sido criticado por el sector más purista por su falta de acción y la ausencia total de caminantes y es cierto que se echa un poco de menos esas dosis semanales que tanto gustan. Sin embargo, la tensión siempre está presente aunque nos encontremos en una escena en la que sabemos que no hay peligro. Pero Fear The Walking Dead nos tiene alerta, siempre hay que estar muy atento a las historias porque siempre esconden detalles interesantes, cuyas interpretaciones explican cuál es la intención de la serie y la metáfora que los muertos vivientes encierran.
Mientras The Walking Dead se centra en analizar el comportamiento humano más primario y su relación con otras "manadas", Fear The Walking Dead nos explica la otra parte del puzzle que nos faltaba, la decadencia de la sociedad moderna por la aparición de un agente externo, pero principalmente provocada por el hombre. Sea como sea, se confirma que la nueva serie de AMC sigue la estela de la anterior, misma capacidad de sorprender, misma introspección en los personajes pero con nuevos matices que la diferencian sin dejar de ser lo mismo.
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