Fin de la tercera temporada. Poco a poco, las criadas han ido ganándose su sitio en nuestras televisiones - y en nuestros corazoncitos - gracias a su desparpajo y su capacidad de atraer a los mayores psicópatas de la nación. ¿Qué ha pasado este verano?
Marisol esta temporada encontró su sitio. Ya que volver a ser criada no tendría sentido y casarla con otro señor la convertiría en la próxima Genevieve, han sabido hacerle un hueco como enlace entre el servicio y la patronal, dejándole tiempo para buscar (y perder) de nuevo el amor. Quién sabe, el año que viene quizás se vuelva asexual. O bombero.
La nueva hijita de los Stappord, aunque su pasado ha dado mucho juego, ha resultado ser una niña normal traumatizada. Una pena, ¿no? Ni asesina, ni psicópata, ni nada de nada.
Ernesto Falta sigue vivo. Y yo me digo a mí mismo: puede ser buena persona y egoísta al mismo tiempo, ¿no? Quiero decir, tampoco le deseamos ningún mal. ¿Deseamos su muerte o que se quede a luchar por Rosie? No seáis malas personas. Además, no echaríamos de menos a Spence si no volviera, y lo sabéis. Ernesto está vivo, que no es poco, y parece que seguirá dando guerra. Además, Peri Westmore ha vuelto porque han cancelado Stalker. La felicidad no es una opción a corto plazo para Spence y Rosie.
Genevieve tendrá que tomar una de las primeras decisiones importantes de su vida: ¿Zoila o el bebé? Ahora que Zoila está de parto, y damos por hecho que no morirán ni ella ni su hija, no sabemos si su novio chef volverá a cuidar de ellos, pero se lo pueden ahorrar. Si bien era un apuesto hombre decente, tenía menos gancho que Remy sin pectorales. Hasta Jacklyn Dussault tuvo una mejor entrada. La airada esposa, que desde el principio nos cayó mejor que su marido, se merecía un puesto fijo en la serie. El chauffeur/realtor de los Powell intentaba hacerse valer, pero hubo que convertirlo en asesino para tomárselo en serio. Resulta que Olivia, la exmujer de Michael Stappord, envió a Sebastien a seducir a Taylor, y este mató a Louie Becker, el tenista.
Carmen Luna tuvo el éxito al alcance de la mano. Vio alejarse su carrera musical al mismo tiempo que toda América veía su sex tape. Ella sabía que su relación con el francés estaba mal, pero no supo frenar a tiempo. Ay, el amor, que nos ciega tantas veces en la vida. Porque había amor, ¿no? Este año, la criada más descarada y despegada ha mostrado que también tiene sentimientos. Ah, y un hijo.
Tras un secuestro exprés que, obviamente, acaba bien para nuestras criadas, la mansión de los Powell explota mientras Sebastien, Michael y Adrian todavía están dentro. Menuda explosión. Ya quisieran las grandes producciones de Hollywood llegar a ese nivel de dramatismo. ¿Ha muerto Adrian Powell? Dios no lo quiera. ¿Qué haríamos sin él? Los Powell son un pilar básico de esta ficción. Lo malo de esta explosión, pese a ser espectacular, es que hay pocas posibles bajas. El año pasado, todo el cast era candidato a morir desangrado en la puerta de la iglesia, mientras que ahora hay pocas o muy pocas dudas sobre los fallecidos. Sebastien y Michael han muerto, pero no les vamos a echar de menos. ¿Volverá Deion a casa de los Powell? Meh, todo indica que no.
Fin de la tercera temporada. Y aún no tenemos noticias sobre una posible renovación. Y ya no nos quedan uñas.
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