“Me ofende personalmente que
la gente piense que Grey’s no puede
seguir sin Derek Shepherd.” Así de clara empieza Ellen Pompeo a hablar de uno de los eventos queprobablemente encabecen las listas de greatest hits de fin de año.
Ya habréis visto las portadas esta semana de Entertainment Weekly. Tres
repartos completos promocionando el #TGIT y Los Ángeles de Shonda y Shonda Herself hablaron de las tres series que
dominan los jueves noche —Grey’s
Anatomy, How to Get Away with Murder y Scandal—
y de sus direcciones en la temporada que entra a finales de mes. Y, como ya
habéis leído, el primer ángel está calentito.
“No sé por qué Meredith Grey necesita a alguien. ¿Por qué no puedo
protagonizar yo la serie como hacen Annalise y Olivia? ¿Por qué no puedo estar
yo sola en el póster?” Las declaraciones de Ellen a EW son una completa y directa demanda de comprensión, por no
calificarlas de grito de auxilio contra la noción de 'mujer por y para el hombre'.
No le falta razón. La Pompeo, que lleva desde hace más de diez años
encarnando a Meredith Grey, está a la zaga de los personajes que interpretan
Viola Davis y Kerry Washington. Olivia Pope corta el bacalao en Scandal sin lugar a dudas. Viola Davis
dice que ella no hace más de 15 episodios por año y su palabra es ley, porque
sin Annalise no hay Murder. ¿A Meredith Grey, la misma de la Anatomía, le matan al marido y hay público con los arrestos de reclamar cancelación porque sin él nada merece ya la pena? Es
injusto, sí. Pero la situación tiene sentido.
Las razones de por qué el mundo pareció venirse abajo cuando a Derek le
desconectaron los cables son muy simples y, en el fondo, Ellen Pompeo lo que
está pidiendo es una reconversión del
formato de la serie. Hace doce años, el personaje femenino no era lo que es
hoy. Meredith Grey pertenece a una generación en la que la mujer sí podía
encabezar el reparto, pero de una serie que iba a ser muchísimo más “rosa” y la
tensión central sería cómo ella conseguía y mantenía al chico en su vida. La serie está escrita para la mujer
televisiva de 2005, no de 2015 o 2012 siquiera.
El TGIT, ese magnífico bloque que es de lo mejor
que ha parido ABC, claramente representa
las tres etapas de la evolución de la mujer en pantalla. Donde Meredith —por
mucho que renegase y pretendiese anteponer su carrera— siempre acababa
rindiéndose ante los encantos de McDreamy, Olivia Pope juega la baza del
control y deja claro que ella manda en su triángulo amoroso. Y, posteriormente,
vemos a Annalise haciendo y deshaciendo en su vida sentimental, pero que la
mantiene en un segundo plano y en ocasiones hasta como un medio para un fin. Nadie
ve How to Get Away with Murder por la
dimensión romántica del personaje de Viola Davis.
Lo que los talifanes con sus recogidas de firmas y sus arremetidas contra
toda entidad potencialmente responsable de la muerte del Doctor Macizo no
llegan a entender es que en la duodécima temporada, Grey va a realizar la
evolución en sí misma en vez de quedarse atrás a la espera de la siguiente
sucesora natural. Y con todo el derecho del mundo a Ellen le jode que la gente no la considere dueña y señora de su serie.
La Era de McDreamy se ha acabado. She is the sun, and he can go suck it.
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