Ya sólo queda una semana para que despidamos la primera temporada de Fear The Walking Dead con un episodio que no fue tan redondo como su predecesor pero que sirve como preparativo de lo que veremos en la season finale. Su título es Cobalt, que se rumoreó que podría ser el nombre de la serie, lo cual habría estado mejor que el definitivo, pero ellos sabrán.
Una semana más, el tema sobre el que ha girado toda la trama ha sido el miedo a lo desconocido, aunque esta semana nos han dejado ver también cómo se vive desde el lado de los soldados (opresores). Ya sabíamos que sólo cumplen órdenes de arriba y las decisiones son muy difíciles de tomar. Tras la cabeza visible del déspota Teniente Moyers hay personas igual de asustadas que las que tienen bajo su supervisión, y no sólo eso, sino que son los que se están jugando la vida intentando salvarlos. Travis comprueba y comprende, en primera persona, que no lo tienen nada fácil incluso después de asimilar que a los que disparan ya no son humanos. Nuestro protagonista no es capaz de apretar el gatillo cuando tiene la oportunidad, por lo que ya veremos qué pasa cuando tenga que hacerlo. Su supervivencia y la de su familia depende de ello.
Mientras tanto, en casa de la malograda Susan Tran, Daniel y su hija tienen cautivo al soldado que ella utilizaba para conseguir medicinas. Sabíamos que el Señor Salazar huyó de su país para escapar de la violencia, pero no sabíamos que se refería a su propia violencia, pues fue torturador del ejército. Una vez más, la supervivencia le obliga a poner en práctica sus habilidades hasta que el chico confiese qué significa la palabra Cobalt que se escucha por la radio. A pesar de la dureza de toda la secuencia, este tipo de momentos son los que más me hacen disfrutar de The Walking Dead que, como en muchas series de cable, no tienen miedo de mostrar sin dejar de sugerir, no se posiciona y la separación entre el bien y mal no existe.
Cobalt también nos ha enseñado el lugar donde tienen recluida a toda la población con síntomas de enfermedades, del carácter que sean, como a nuestro amigo Doug, cuyo destino se antoja cada vez más difícil mientras no hace otra cosa que llorar. En la jaula donde le tenían a él y a Nick hemos conocido a un nuevo personaje que se autodefine como vendedor, que tiene buena labia y que recluta al chico como su compinche para escapar de allí, toda vez que se ha percatado de su condición de yonki. La nueva enfermera Liza sigue ayudando a los heridos que van entrando en el centro, ayudando a la doctora Exner, y va conociendo de primera mano las formas de contagio y lo que ocurre cuando las personas mueren, algo que nosotros descubrimos en la segunda temporada de The Walking Dead. Griselda se convierte en la primera víctima del reparto y Liza la primera en apretar el gatillo (o lo que sea) por compasión.
La situación de cara a la semana que viene se presenta muy interesante después de que sepamos que Cobalt es una palabra clave para evacuar a todo el ejército de la zona y dejar a toda la población civil atrás. Lo veremos en la season finale pero todo parece indicar que a partir de aquí Fear The Walking Dead va a tomar el camino definitivo al Apocalipsis, pero habrá que ver hasta cuándo aguantará sin convertirse en su serie madre.
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