Cuando Quentin Lance creó el grupo de la policía encargado de la búsqueda y detención de los justicieros de Starling City, nunca imaginó que tarde o temprano se tendría que imponer al nuevo cuerpo de policía por abusar de la autoridad que un día les dio.
Esto ha servido para que nuevamente el Capitán Lance salte al ruedo y, no solo vuelva al trabajo de campo colaborando con Green Arrow y compañía, sino que ha sacado de dentro todo lo que tenía guardado desde la muerte de Sara, desde que Laurel siguiese los pasos de su hermana.
El personaje de Paul Blackthorne ha sido muy irregular y desaprovechado desde el inicio de la serie, con tramas irregulares e incluso en algunos momentos demasiado ausente (hasta el punto de ser el último en descubrirlo todo). Pero lo único de lo que podíamos estar seguros con respecto a Lance era el amor incondicional hacia sus hijas y el odio hacía Oliver y Arrow (hasta descubrir que son la misma persona y canalizarlo todo en un solo objetivo).
Tirando del hilo de estas dos premisas, Quentin Lance ha sido el gran protagonista de este capítulo en muchos aspectos. No solo ha descubierto que Sara ha resucitado y todo lo que ello conlleva, sino que ha tenido que lidiar con unos agentes a los que formó de manera errónea y, lo más importante un cara a cara con Oliver.
La discusión entre ellos dos ha hecho a Lance darse cuenta de que sus dos grandes sentimientos desde la primera temporada se desmoronan. Por un lado, sus hijas ya no necesitan su protección y el hecho de protegerlas continuamente le ha ocasionado más de un problema, como la unión profesional con Damien Darhk de la que tanto se arrepiente.
Y del otro lado tenemos su continua obsesión con el daño que hace Arrow y los problemas que ocasiona Oliver, que cada vez ve más inciertos. Ahora que Oliver ha vuelto y se ha replanteado su modus operandi y su vida, Lance se empieza a dar cuenta de que quizás Oliver no es ese villano que él tiene en mente. Su incursión en el mundo de la política no le parece la peor opción para Star City y su discurso está lleno de verdades. Por primera vez, Lance ve como todo por lo que ha estado luchando se evapora.
Y es que, reconozcámoslo, Oliver Queen puede llegar a ser un muy buen alcalde de Star City, si ya lucha por defenderla de noche, no debería costale mucho hacerlo de día. En un primer momento puede parecer que no encaja nada un estilo con el otro, no es lo mismo utilizar el arco y las flechas que los votos y las palabras.
Pero para nuestra sorpresa, el discurso que Thea le escribe para su presentación es palabra a palabra un calco de ese mantra que Arrow repite constantemente al equipo y que, curiosamente también sirve como una buena campaña electoral. Salvar a la ciudad.
Los paralelismos entre la alcaldía y ser justiciero son más de los que podemos imaginar y Oliver puede ayudar alejado de las sombras. ¡OLIVER QUEEN FOR MAYOR!
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