Anoche por fin regresó The Walking Dead poniendo fin a una espera que se ha hecho más leve por el estreno este verano de Fear The Walking Dead pero la verdad es que todos teníamos ganas de regresar a Alexandria para saber qué ocurrió tras el tremendo final de la quinta temporada. El primer episodio de la nueva tanda nos ha dejado muy buen sabor de boca por su espectacular planteamiento lleno de caminantes y por esos flashbacks en blanco y negro. Pero, sobre todo, First Time Again nos cuenta la historia de Rick, su nuevo estatus y los problemas con los habitantes del pueblo y los que están por venir con su amigo Morgan.
El episodio está estructurado en dos partes bien diferenciadas pero entremezcladas. La primera de ellas nos sitúa en tiempo presente, cuando Rick y los demás están trazando un plan para liberar a una enorme cantidad de caminantes atrapados en una cantera con el fin de evitar que lleguen a Alexandria en algún momento. La otra parte nos cuenta todo lo que ocurrió inmediatamente después de la muerte de Reg y la posterior ejecución de Pete a manos de Rick, toda ella contada mediante flashbacks en blanco y negro que quedan muy bien estéticamente, decisión tomada por Kirkman y Gimple para diferenciar claramente ambas partes sin crear confusión.
Toda la parte del plan de Rick es simplemente espectacular y nos mantiene en esa tensión típica de The Walking Dead, cuando parece que si pestañeas te pierdes algo importante. Es en estos momentos cuando la imaginación de Kirkman y compañía sale a relucir, creando nuevas formas originales de recrear los comportamientos de los no muertos, como por ejemplo la poderosa imagen de muchos de ellos rompiéndose la crisma contra la valla, o aquel que consigue pasar entre los dos camiones dejándose la piel colgando. La nota negativa de esta parte la ponen los paupérrimos efectos digitales sobre todo en la primera secuencia, donde el humo de las bengalas casi en primer plano resulta demasiado ridículo y evidente que desvía toda la atención que requiere. Sigo pensando el presupuesto de la serie debería aumentar sustancialmente teniendo en cuenta los récords de audiencia que registra semana a semana, todo el dinero no se puede ir en prótesis y maquillaje.
La parte central del episodio ha sido explorar la relación de Rick con todo el que le rodea después de que se convirtiera en el (co)líder de Alexandria. El primero de ellos es Morgan, que llegó en el momento más inoportuno posible y vio en lo que se había convertido aquel hombre al que una vez conoció. El supuesto héroe de la historia tiene asumido desde que estuvo en aquel vagón de tren que es un asesino implacable y ha decidido situarse en ese extremo sin dejar que su sentido común le ayude a discernir. La llegada de Morgan le hace recapacitar en cierto modo y abrazar a parte de aquel Rick que se quedó por el camino. Pero nos falta saber si este acercamiento que tuvieron en el porche es un propósito de enmienda o sólo una maniobra de distracción que le haga ver a su amigo que todavía conserva humanidad. Lo que está claro es que tarde o temprano van a tener un enfrentamiento.
No es la única relación que Rick tendrá que arreglar tras matar a Pete y hacerse con el control del pueblo. Su mensaje, por muy cierto que sea, es muy difícil de asimilar por parte de los vecinos, que no han tenido que sobrevivir como los demás y entienden las intenciones de Rick como violentas y dictatoriales. Ahí encontramos a Carter, que se opone a su plan anti caminantes y conspira para matarle para acabar dándole la razón como todo el mundo hace tarde o temprano. “Rick tiene razón”es una frase que hemos escuchado varias veces en este episodio y que volveremos a escuchar en el futuro, hasta que alguno de los suyos deje de apoyarle tan ciegamente. Llevo un tiempo observando cómo Glenn, Maggie, Michonne e incluso Daryl siguen al líder por inercia aunque cada vez más notamos que no comparten sus decisiones como éste último le hace saber cuando decide suspender las batidas en busca de gente. Aquí se intuye otro conflicto latente.
Hasta aquí todo ha salido bien, Rick ha capeado sus problemas sociales y su plan ha salido a las mil maravillas hasta que suena una bocina procedente de Alexandria que atrae a un gran número de caminantes. Me temo que esta es la señal que va a acabar con el pueblo, con unos cuantos de figurantes y secundarios y que dejará a los personajes otra vez vagando por los bosques con una nueva terrible amenaza al acecho, W. Y vosotros, ¿pensáis que el final de la idílica Alexandria ha llegado? ¿Quién estará detrás del sonido de que viene de allí? ¿Perderemos a muchos personajes en esta batalla?
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