El año pasado Parks & Recreation se despedía de los espectadores de NBC como el celacanto de una cadena que, por más que sea ahora el hazmerreír de muchos, siempre ha sido sinónimo de comedias de calidad (30 Rock, Frasier, The Office, Will & Grace...). Que la única sitcom que les haya sobrevivido en los últimos años sea Undateable (y Unbreakable Kimmy Schmidt, que a efectos prácticos la desarrollaron ellos) dice mucho del agónico estado de la NBC, y que la NBC esté tan mal dice mucho de la terrible situación que atraviesan las comedias de network en general.
Ahora los pocos proyectos interesantes, o los pocos que no toman al espectador por idiota, se los queda Fox (Brooklyn Nine-Nine, The Last Man on Earth). El último ejemplo es The Grinder, la comedia más esperada del otoño con perdón de The Muppets. En ella Rob Lowe da vida a Dean Sanderson, el protagonista de una exitosa serie de abogados que acaba de emitir su último episodio. El fin de su vehículo de lucimiento deja al actor huérfano y en plena crisis existencial, así que decide ir de visita a casa su hermano Stewart (Fred Savage), que es abogado de verdad.
Pero, por más que domine el Código Penal, Stewart es un negado hablando en público, tanto que nos preguntamos cómo se ha podido ganar la vida hasta ahora. Dean, humilde donde los haya, decide empezar a ayudarle con sus casos sin que nadie se lo haya pedido, aportando el toque de melodramatismo que cualquier buen juicio necesita y dando puñetazos en la mesa en los tribunales cuando haga falta. Y, aunque vuelva loco a Stewart, su efectividad es innegable, por lo que se acaba mudando de forma indefinida con su familia para empezar una carrera como abogado.
Tristemente, The Grinder destaca más por lo pobre que ha sido la cosecha de esta temporada que por méritos propios. Dean es un papel hecho a medida para Rob Lowe, que simplemente ha tenido que echar mano de los mismos recursos con los que brillaba en Parks y, desde luego, no decepciona. El ego del actor y su distorsionada visión del mundo que le rodea tienen su gracia, aunque no tanta como las escenas de la serie en la que aparecía, una parodia extrema y divertidísima de cualquier drama legal que hayamos visto.
Más allá de estas virtudes, es una serie a medio hacer. Fred Savage está bien dándole las réplicas a Lowe, pero ningún otro personaje de la serie tiene demasiada gracia por sí mismo, y tampoco se atisba mucho margen de mejora. Tras ver los tres episodios emitidos, la comedia parece cómoda en su esquema, entretenidillo pero no demasiado brillante, que nos hace pasar 20 minutos agradables (salvo a quien Rob Lowe le caiga mal) pero no nos deja con demasiadas ganas de recomendársela especialmente a nadie.
Las audiencias, por cierto, son bastante flojas por ahora y si acaba durando más allá de su encargo inicial, será un acto de fe y compasión por parte de Fox. ¿Os convence a vosotros The Grinder?
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