En su momento os dimos las primeras impresiones, pero tras cuatro episodios no podemos estar más
enamorados. Ha sido tiempo más que suficiente
para desarrollar hábito y adicción por la gran revelación del momento. Aquí
tenéis nuestras cinco razones para que seáis un poquito más felices cada
martes:
1. Una brillante muñequita rota
La CW en pleno rebranding nos ha
regalado la serie más especial de lo que llevamos de temporada. Un proyecto
rechazado por Showtime que está haciendo audiencias que hay que medir con
audímetro atómico de reducidas que son, pero con más potencial que ninguna para convertirse en una obra de culto. ¿Recurrimos al argumento de cuántas cadenas rechazaron Breaking Bad antes de acabar en AMC? Pese a arriesgarnos a
linchamiento por comparativa improcedente, recurrimos. Así de buena es Crazy Ex-Girlfriend y tantas ganas
tenemos de que la veáis.
2. El musical de Lena Dunham
Rachel Bloom es la nueva voz de nuestra generación, le
pese a quien le pese. El desquiciamiento emocional hasta niveles psiquiátricos
es la tónica oculta de las relaciones hoy día por mucho que “estemos bien”.
Rebecca Bunch es un fenómeno de explotación de los defectos. Es el cruce
bastardo de Hannah Horvath y Rachel Berry.
Es tú y yo con una cabeza desequilibrada y sin complejos. ¿Quién no quiere levantarse mañana cuando suene el despertador, mandarlo todo a la mierda y agarrar el petate para irse a cazar al amor de su vida? Marica el último.
Es tú y yo con una cabeza desequilibrada y sin complejos. ¿Quién no quiere levantarse mañana cuando suene el despertador, mandarlo todo a la mierda y agarrar el petate para irse a cazar al amor de su vida? Marica el último.
3. Letras para llevarse Tonys a puñados
Nos emocionamos con el Bombshell de Smash, los cuatro gatos que vemos Nashville tenemos que aplaudir al equipo de escritores por toda su
música, en Empire nos compran con el
sello, pero como lo que vais a escuchar en Crazy
Ex-Girlfriend no hay nada.
Lo más aproximado al estilo de musical televisivo que trabajan aquí sería Galavant: canciones de cachondeo total que parecen sketches perfectamente hilados con la trama. Como no vamos a poder hacerle justicia sólo con palabras, os dejamos una muestra de la clase de videoclips que os vais a encontrar invadiendo la cabeza de Rebecca y las vuestras para siempre:
Lo más aproximado al estilo de musical televisivo que trabajan aquí sería Galavant: canciones de cachondeo total que parecen sketches perfectamente hilados con la trama. Como no vamos a poder hacerle justicia sólo con palabras, os dejamos una muestra de la clase de videoclips que os vais a encontrar invadiendo la cabeza de Rebecca y las vuestras para siempre:
4. Solidez por parte de los secundarios
En series tan personalistas como
es ésta, donde tienes una protagonista todoterreno del calibre de Rachel Bloom,
en ocasiones el resto del reparto está casi de refuerzo para que todo el peso
de la producción no recaiga sobre la diva. No es el caso.
A Rebecca la rodean no sólo su amor de la niñez, sino una mejor amiga y madre de familia numerosa de todo menos ejemplar, una vecina que es la reencarnación de Dalia de Suburgatory y Hans de Frozen como potencial ligue. Todos cantan y todos dan el cante en el mejor de los sentidos posible y quieren ser talentos a descubrir fuera de Broadway.
A Rebecca la rodean no sólo su amor de la niñez, sino una mejor amiga y madre de familia numerosa de todo menos ejemplar, una vecina que es la reencarnación de Dalia de Suburgatory y Hans de Frozen como potencial ligue. Todos cantan y todos dan el cante en el mejor de los sentidos posible y quieren ser talentos a descubrir fuera de Broadway.
5. Su sentido del humor
Bien construido, efectivo,
inteligente y a la vez versátil para bajarse a la sordidez sin perder calidad
ni parecer barato o simplón. El equipo de guionistas, liderado por la misma
Rachel Bloom, ha dado con una fórmula para hacer reír durante todo el episodio con su mezcla de absurdo y acidez. Hablamos
de carcajadas de principio a fin: desde la primera salida de tono de Rebecca
hasta el tag de cierre de cada capítulo.
*
El club de las locas del coño os
está esperando. No rechacéis la invitación, que está muy feo.
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