Los celos de Cyrus crecen a cada día que pasa. No es de extrañar, pero no hay nada que hacer ante la nueva titularidad de la empresa. Lo disfrazan de fusión, pero Olivia Inc. no ha hecho otra cosa que absorber a POTUS S.A. Demostrando una vez más la cantidad de intereses diferentes que hay dentro de la política, Cyrus se monta una investigación paralela con David que lleva a la detención de Olivia. No lo vio venir.
Crueldad pura y bien arraigada que demostró confesando a Mellie que Rowan había asesinado a su hijo. Crueldad que se volvió en su contra cuando la antigua señora Grant formó una especie de sociedad limitada con el susodicho. Eli & Mellie S.L. En fin, están todos de atar. Realmente, nada de esto importa porque Eli ha sido secuestrado y Mellie ni lo ha notado.
Era el momento. Papa Pope tuvo un magnífico discurso de despedida en la oficina de Liv, lo cual podría no significar nada, porque ha habido otros similares y nunca han precedido a su muerte. Pero este fue especial. De todas formas, tendría bemoles que muriera así, sin más, sin conflicto. Por eso no lo hizo. Aquí hay mucha tela que cortar. Fitz decidió perdonarla por liberar a papá. Ella tenía excusa y él está enamorado, no hace falta nada más. Aun así, Jake intenta matar a Rowan por orden de Fitz pero Huck le secuestra primero. Rowan quiere morir y no le matan. ¿Qué hemos hecho para merecer esto?
Quinn y Huck vuelven a tener algo de importancia, Quinn envidiando al nuevo y Huck haciendo de Supernanny. Charlie es un hombre objeto, Russell ha resucitado para volver a morir, Lizzie y David tienen menos química que una zapatilla de esparto y Susan Ross es una grande, como ya vengo diciendo hace tiempo.
Se queja el espectador de que The Walking Dead nos engaña y juega con nuestros sentimientos. Pues Olivia estaba detenida y cubierta de sangre en un flashforward y al final resultó ser la sangre de un bandarí que había intentado suicidarse, una historia muy tierna y sensible pero que nada tenía que ver con los Pope. Meh.
Quinn y Huck vuelven a tener algo de importancia, Quinn envidiando al nuevo y Huck haciendo de Supernanny. Charlie es un hombre objeto, Russell ha resucitado para volver a morir, Lizzie y David tienen menos química que una zapatilla de esparto y Susan Ross es una grande, como ya vengo diciendo hace tiempo.
Se queja el espectador de que The Walking Dead nos engaña y juega con nuestros sentimientos. Pues Olivia estaba detenida y cubierta de sangre en un flashforward y al final resultó ser la sangre de un bandarí que había intentado suicidarse, una historia muy tierna y sensible pero que nada tenía que ver con los Pope. Meh.
Mellie se hace fuerte en el Senado luchando por garantizar los anticonceptivos desde el bando republicano mientras la prensa debate sobre el estado de su vejiga -#IStandWithMellie- y Susan Ross acude en su ayuda. Pues ole por ellas, mujeres al poder. Liv, celosa e impresionada, se ahogaba haciendo amiguitas nuevas y eligiendo vajilla para las cenas de estado, y un poco triste sí que era pero, ya que era el antiguo trabajo de Mellie, no nos íbamos a poner exquisitos. Al final, no le importó desaparecer de las cenas y defraudar a Fitz. Prefirió sentir que formaba parte del poder de tres. Y el poder de tres le hizo libre, vaya que sí.
Olivia duerme en su casa, Rowan está vivo, libre y consciente de que no ha sido un buen padre, Jake vuelve al redil, Susan Ross se está enamorando y a saber qué siente Lizzie. Scandal regresa el 11 de febrero.
Ah, y Olivia aborta. Ha pasado tan desapercibido en el episodio como en este post.
Olivia duerme en su casa, Rowan está vivo, libre y consciente de que no ha sido un buen padre, Jake vuelve al redil, Susan Ross se está enamorando y a saber qué siente Lizzie. Scandal regresa el 11 de febrero.
Ah, y Olivia aborta. Ha pasado tan desapercibido en el episodio como en este post.
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