Aunque la comedia está considerada como un género más difícil de escribir e interpretar, es el drama el que al final acapara todas las miradas. El derroche de talento delante y detrás de las cámaras, y sobre todo en la sala de guionistas, lugar donde se gesta todo lo que después vemos en pantalla y que cada vez cobra más protagonismo, es inmenso y cada vez cuenta con más estrellas llegadas del cine. Todos ellos consiguen transmitirnos muchas emociones diferentes y adoramos las series como obras de arte que son. Afortunadamente para el espectador, el número de éstas sigue creciendo de forma exponencial manteniendo el estándar de calidad en cotas muy altas. Por desgracia para mí, en esta lista sólo caben diez y el trabajo para decidir cuáles entraban y, sobre todo, cuáles se quedaban fuera ha sido tedioso. Estas son las diez mejores series dramáticas de 2015.
10. Better Call Saul
El año empezaba con un plato fuerte, la precuela de Breaking Bad centrada en el celebérrimo abogado Saul Goodman (Bob Odenkirk) con Vince Gilligan y Peter Gould a la cabeza. Lo que en principio iba a ser una comedia se ha convertido en un drama de corte muy similar al de su serie madre lleno de referencias hacia ella. Aunque ya conocíamos al personaje, la serie nos ha sorprendido mostrando facetas de su pasado que han ido convirtiendo a Jimmy McGill en Saul Goodman. Todavía no ha hecho más que empezar pero la primera temporada ya nos hace atisbar que hay mimbres para que podamos ver un gran drama en los próximos años.
9. Mr. Robot
Sólo tenía buena pinta cuando vimos sus tráilers antes de verano, pero su estreno ha supuesto un soplo de aire fresco al panorama seriéfilo porque consigue ser diferente al resto. Es valiente, es original y tiene mala hostia, unos atributos que jamás hubiéramos pensado que veríamos en una cadena tan discreta como USA Network. La otra sorpresa de la serie han sido Rami Malek, eterno secundario que ha aprovechado su oportunidad al vuelo, tanto como para colarse entre los nominados a mejor actor en los próximos Globos de Oro. Por cierto, parece que esta vez Christian Slater ha tenido suerte con su elección.
8. The Affair
El año pasado se quedó a las puertas de la lista pero este año el drama escrito por Hagai Levi y Sarah Treem se ha superado ampliando a cuatro voces su narración, que nos ha dejado ver una perspectiva más amplia de la historia donde antes sólo había una rendija. La serie de Showtime nos deja hipnotizados gracias a su excelente producción y sus giros de guión, algo locos sí, pero totalmente coherentes con este culebrón de lujo. El trabajo de sus actores es excelentes y cualquiera de los cuatro principales merecería estar en cualquier lista de lo mejor del año.
7. Homeland
La quinta temporada de la serie de Showtime nos ha confirmado lo que vimos el año pasado, que Homeland ha olvidado a Brody y es capaz de funcionar perfectamente sin una pieza clave. La serie se ha trasladado a Alemania situando a Carrie lejos de la CIA con salto temporal incluido, pero su pasado siempre vuelve, esta vez con una secundaria de lujo como Miranda Otto, que ha bordado el papel y con una trama tan actual que a veces resulta incluso premonitoria. La clarividencia de los guionistas y su conocimiento de la geopolítica consiguen crear un producto redondo y muy creíble.
Salvadas las comparaciones iniciales con Homeland, The Americans empezó a ser ella misma, una serie con una trama de espionaje central pero con un tratamiento de los sentimientos y la vida privada de los espías que acaban convirtiéndola en un intenso drama familiar. La serie de FX nos lleva de la mano a fuego lento por donde quiere para impactarnos emocionalmente cuando tienen ocasión. En esta temporada, el episodio Do Mail Robots Dream of Electric Sheep? es una auténtica joya de la televisión y una prueba de lo dura que puede llegar a ser la serie.
Tras una cuarta temporada brillante, la quinta tardó muchísimo en arrancar, quizás porque ya no había tanto que contarnos pero cuando lo hizo nos regaló cuatro de los mejores episodios del año. Juego de Tronos es la mayor superproducción de la televisión actual y cuando saca músculo no encuentra rival pero recordemos que es un excelente drama de personajes que consigue que las alabanzas vengan desde diferentes tipos de público y crítica. Además, el cliffhanger final ha sido el gran momento seriéfilo del año.
La obra maestra de Matthew Weiner se nos ha ido este 2015 con un final a su altura, cerrando bien casi todas las tramas y dejándonos un gran sabor de boca. Cuando evaluamos año a año el gran drama de AMC pasamos un poco de puntillas, quizás porque tanta belleza y maestría acabó por insensibilizarnos, pero es justo pensar en ella como una de las grandes de todos los tiempos, sin lugar a dudas. El tiempo dirá cuánto la echaremos de menos pero apuesto a que no será nada fácil que encontremos una serie así a medio plazo.
Debo confesar que no soy un fan acérrimo de David Simon, aunque lo haya admirado siempre, pero Show Me A Hero me ha sorprendido gratamente porque el showrunner ha soltado mucho lastre y se ha concentrado en contarnos una historia concreta en un lugar concreto y en un tiempo concreto. La razón ha sido el formato de mini serie de seis episodios, que no daban para andarse mucho por las ramas y el gran apoyo de Paul Haggis, que los ha dirigido todos El gran descubrimiento para mí ha sido Oscar Isaac, buen actor y creíble en su papel, no se le podía exigir más.
Otra de las sorpresas de la temporada ha sido la recién acabada Fargo, y eso que tengo que reconocer que no soy un gran fan de su primera entrega. Pero este año se ha superado trasladándonos a finales de los años setenta para contarnos otra vez la misma historia, pero con una maestría difícil de superar, tanto a nivel técnico, la fotografía ha sido sublime buscando un acercamiento a la época pero sin dejar de ser ella misma, así como la música o el propio guión, que se ha vuelto más tarantiniano pero sin moverse un ápice de la idea de los hermanos Coen. Eso sí, se ha echado en falta un poco más de humor negro.
Casi todos los que hemos hecho listas de lo mejor del año hemos aupado a The Leftovers a la primera posición, podría haber más creatividad pero el dramón de HBO no nos ha dado más opciones, pues se ha reinventado en esta segunda temporada para convertirse en una serie más regular que el año pasado y mantener el altísimo nivel de sus mejores episodios todo el curso. Damon Lindelof ha conseguido construir una historia que nos destroza emocionalmente y nos fascina hasta el punto de volver a por más a la semana siguiente. Me gustaría resaltar el uso de la música de la serie, pues en muchos momentos ha sido el colofón necesario para cerrar los episodios y ya de paso descubrirnos algún temazo que no conocíamos. Por si esto fuera poco, la trama se ha vuelto más confusa, hemos vivido momentos absolutamente surrealistas y hemos sufridos con unos cliffhangers de infarto. Las interpretaciones han estado a un nivel espectacular, sobre todo un Justin Theroux al que nunca habíamos admirado tanto.
6. The Americans
Salvadas las comparaciones iniciales con Homeland, The Americans empezó a ser ella misma, una serie con una trama de espionaje central pero con un tratamiento de los sentimientos y la vida privada de los espías que acaban convirtiéndola en un intenso drama familiar. La serie de FX nos lleva de la mano a fuego lento por donde quiere para impactarnos emocionalmente cuando tienen ocasión. En esta temporada, el episodio Do Mail Robots Dream of Electric Sheep? es una auténtica joya de la televisión y una prueba de lo dura que puede llegar a ser la serie.
5. Juego de Tronos
Tras una cuarta temporada brillante, la quinta tardó muchísimo en arrancar, quizás porque ya no había tanto que contarnos pero cuando lo hizo nos regaló cuatro de los mejores episodios del año. Juego de Tronos es la mayor superproducción de la televisión actual y cuando saca músculo no encuentra rival pero recordemos que es un excelente drama de personajes que consigue que las alabanzas vengan desde diferentes tipos de público y crítica. Además, el cliffhanger final ha sido el gran momento seriéfilo del año.
4. Mad Men
La obra maestra de Matthew Weiner se nos ha ido este 2015 con un final a su altura, cerrando bien casi todas las tramas y dejándonos un gran sabor de boca. Cuando evaluamos año a año el gran drama de AMC pasamos un poco de puntillas, quizás porque tanta belleza y maestría acabó por insensibilizarnos, pero es justo pensar en ella como una de las grandes de todos los tiempos, sin lugar a dudas. El tiempo dirá cuánto la echaremos de menos pero apuesto a que no será nada fácil que encontremos una serie así a medio plazo.
3. Show Me A Hero
Debo confesar que no soy un fan acérrimo de David Simon, aunque lo haya admirado siempre, pero Show Me A Hero me ha sorprendido gratamente porque el showrunner ha soltado mucho lastre y se ha concentrado en contarnos una historia concreta en un lugar concreto y en un tiempo concreto. La razón ha sido el formato de mini serie de seis episodios, que no daban para andarse mucho por las ramas y el gran apoyo de Paul Haggis, que los ha dirigido todos El gran descubrimiento para mí ha sido Oscar Isaac, buen actor y creíble en su papel, no se le podía exigir más.
2. Fargo
Otra de las sorpresas de la temporada ha sido la recién acabada Fargo, y eso que tengo que reconocer que no soy un gran fan de su primera entrega. Pero este año se ha superado trasladándonos a finales de los años setenta para contarnos otra vez la misma historia, pero con una maestría difícil de superar, tanto a nivel técnico, la fotografía ha sido sublime buscando un acercamiento a la época pero sin dejar de ser ella misma, así como la música o el propio guión, que se ha vuelto más tarantiniano pero sin moverse un ápice de la idea de los hermanos Coen. Eso sí, se ha echado en falta un poco más de humor negro.
1. The Leftovers
Casi todos los que hemos hecho listas de lo mejor del año hemos aupado a The Leftovers a la primera posición, podría haber más creatividad pero el dramón de HBO no nos ha dado más opciones, pues se ha reinventado en esta segunda temporada para convertirse en una serie más regular que el año pasado y mantener el altísimo nivel de sus mejores episodios todo el curso. Damon Lindelof ha conseguido construir una historia que nos destroza emocionalmente y nos fascina hasta el punto de volver a por más a la semana siguiente. Me gustaría resaltar el uso de la música de la serie, pues en muchos momentos ha sido el colofón necesario para cerrar los episodios y ya de paso descubrirnos algún temazo que no conocíamos. Por si esto fuera poco, la trama se ha vuelto más confusa, hemos vivido momentos absolutamente surrealistas y hemos sufridos con unos cliffhangers de infarto. Las interpretaciones han estado a un nivel espectacular, sobre todo un Justin Theroux al que nunca habíamos admirado tanto.
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