Os lo dije, tenía razón y no me quisisteis creer. Oye, que me apetece presumir por ser la primera vez que acierto algo. Fue Caleb quien mató a sus padres. A ver, no tiene ningún mérito porque en la writers room le dan vueltas al tema hasta que una idea les convence más que las otras, así que tampoco pasaría nada si me equivocase. Philip entregó a la policía un trasto de estos para rastrear runners con información de la noche en cuestión y así pudo demostrar, por fin, que
Caleb se suicidó en cuanto la televisión dio la noticia. Está claro, es una imprudencia avisar a la prensa antes de detener al culpable. Es como ir a una detención con las sirenas del coche en marcha, hay cosas que no se explican. Quizás alguien le mató -dos suicidios en la misma temporada son demasiados- pero esperemos que los Hapstall no vuelvan a aparecer en la serie. De hecho, daremos por sentado que han liado a Michaela con Asher para evitarse episodio y medio de duelo. Reconozcámoslo, tampoco hubiera sido mucho más.
Vayamos al pasado. Resulta que Frank recibió un maletín por vender a Annalise, provocando que Mahoney intentara matarla. Sam Junior murió, pero Frank guardó silencio por orden de Sam Senior, y también mató a Lila por la deuda que contrajo. Tiene sentido, tiene mucho más sentido que el resto de tramas de la temporada. Además, recordemos que Annalise contrató a Frank gracias a Sam; todavía faltan piezas en este puzzle. Frank tuvo el dinero escondido durante diez años. Nunca lo usó porque se sentía culpable, aunque le vino muy bien hace unos meses para librarse de las sospechas de Wes.
Annie se marchó a casa de mamá en cuanto se enteró de todo esto. Pero ya había hablado con Philip sobre Caleb, y no habría pensado en volver si Michaela no hubiera conseguido contactar con ella. ¿Pensaba dejar a todos abandonados a su suerte? Volvió a tiempo, pero podría no haber sido así. De hecho, es raro que haya sido así. Esta temporada, le pese a quien le pese, no ha estado a la altura de la primera. Y en este aceptable final, la historia de su familia ocupó demasiado tiempo.
Tanto el pasado de Frank como la verdad del caso Hapstall se desvelaron aprisa y corriendo, dando demasiada importancia, en mi humilde opinión, a la reunión familiar de Annalise. Porque el regreso de Ophelia es una buena noticia, pero no lo es tanto pasearse por su salón para intentar entender toda su infancia con un par de conversaciones. Y no sé si, a estas alturas, encaja contar la historia del padre ausente de una forma tan superficial. La confesión a mamá sobre Sam Jr. fue totalmente acertada, y también el entierro simbólico en el jardín. Seguro que profundizan en las relaciones familiares en el futuro.
Wes ya estaba al borde del colapso después de quince episodios de mentiras y sollozos. No sabemos cómo le habrá sentado el viaje a Nueva York. En pleno encuentro con su padre, alguien le voló la cabeza. Podría haber sido Frank, que casualmente ha desaparecido. Tendría sentido matar a Mahoney para intentar superar el pasado, aunque no para recuperar a Laurel. ¿Cuál será su plan? ¿Ha escapado con el dinero? ¿Ha matado a Wallace ahora que sabe que es el padre de Wes? ¿Por qué no antes? ¿Qué importancia tiene eso para él? Ha sido otra persona y lo sabremos, probablemente, antes de Navidad. Los guionistas seguro que todavía no lo saben.
¿Y qué tal Oliver borrando la carta de Stanford de Connor? Al informático le va la marcha y planea quedarse mucho tiempo cerca de Annalise. El personaje será regular en la tercera temporada, así que tenemos Coliver para rato. Ah, y Catherine y Caleb estaban enamoraditos. Flipa, Isidro. Se me da mejor conocer a los actores malos personajes secundarios que a los verdaderamente importantes. En septiembre seguimos con las adivinanzas.
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